Capítulo 5

763 84 6
                                    

El grupo se disponía a irse, ya habían recogido todo lo que iban a usar y estaban dispuestos a volver a su reino. Fue cuando alguien tocó la puerta, la peli blanca abrió la puerta y se encontró un pequeño árbol con una carta que evidentemente era dirigida a ella, tomó la nota y la leyo.

Con el poder que posees ve los recuerdos de este pequeño árbol y plantalo cerca de un lugar donde la persona más importante para ella para que descanse en paz.

Elizabeth tomó el pequeño árbol entre sus manos y les dijo acerca de la misteriosa nota.

- ¿Más recuerdos? Ya estoy cansado, háganlo sin mi-. Hablo el zorro ya cansado de todo el asunto. - Yo quiero verlo, era mi hermano-.

- También quiero verlo-. Hablo el rubio del grupo y los demás siguieron preparando las cosas para partir. Elizabeth puso con cuidado las manos en el tronco y comenzó a proyectar los recuerdos y se encuentran en un bosque, Elizabeth lo reconoció de inmediato como el bosque cerca de la bahía. Pronto el hada castaño hizo su aparición pero su vestimenta era la de siempre y se encontraba flotando.

- Extraño a mis amigos... Quisiera tener alguno aquí-. Suspiro el hada. - Al menos tenerte a mi lado Meliodas, con eso sería suficiente-. Se recargo en un tronco y arriba en la rama se encontraba un canario de plumaje amarillo. - Cómo extraño tus verdes ojos y tu rubio cabello como el sol-. Pensaba en voz alta el hada, esto sonrojo al rubio que veía el recuerdo. Ahí se quedó durante mucho tiempo y el canario lo veía atentamente hasta que el castaño desapareció del lugar.

- ¿De quién estamos viendo los recuerdos?-. Pregunto la rubia.

Pronto aprecio una pelirrosa a aquel bosque y...

Se arrodilló frente al árbol milenario en lo más profundo del bosque. "Desearía por fin tener un amigo", decía, por eso no podía dejarlo así, su deseo yo debía cumplir pero con mi cuerpo nunca podré ayudarle. Fue cuando la hechicera caprichosa había llegado a aquel lugar, con sus poderes logró que yo fuera una persona de verdad...

El trío que veía aquel acto se quedaron sorprendidos pues los recuerdos que estaban viendo eran de aquel canario que se había convertido en humana tomando los rasgos que el hada había dicho: cabello rubio y ojos verdes. Elizabeth se sorprendió pues esa chica era... - Oh no...-.

...

Gracias a la bondad de la hechicera, Alice, el nombre que la canario adoptó pudo perseguir a aquella hada hasta el país vecino.

- ¿Eres un hada?-. Llamo la atención de aquella hada, no se le ocurrió que más decir. - S-si-. Vio como se acercaba a ella. - Que genial, nunca había visto un hada-. Decía con un brillo en la mirada la chica.

- Capitán...-.

- ¿Dijiste algo?-. Pregunto confundida la mujer. El chico negó. - Es sólo que me recuerdas a alguien-.

- Oh, ¿Extrañas a esa persona?-. El hada asintió. - Estoy aquí porque amo a esa persona-.

- Esa persona debe ser muy afortunada de que un hada tan valiente luché por ella o él-.

Original sin [Meling]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora