Estabas dormida, varios días habían pasado, la convivencia entre los Sakamaki y los Mukami era agotadora, casi siempre habían peleas que tu tenías que arreglar, silencios incómodos, etc. El Instituto estaban a puntos de volver, solo querías descansar, pero al parecer no podías, el sonido de unos gritos te despertaron, miraste la hora, 6:14 P.M, aun era temprano, te levantaste de mala gana, caminaste a la dirección de donde venían los gritos, llegaste a la cocina, Ruki y Ayato estaban discutiendo
Ayato: es el último daifuku ¡¡¡damelo!!!Subaru y T/n los hicieron para mi -Ruki sostenía un lado de aquel daifuku y Ayato el otro-
Ruki: ¡¡¡ellos lo hicieron para todos!!! ¡¡¡No solo para ti!!! -te acercaste a la refri, sacaste un plato de daifuku-
T/n: tomen, aquí están todos los que sobraron, son bastantes, son míos, se los doy, pero por favor ya no peleen -dejaste los daifukus sobre la mesa del comedor-
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Ruki: ¿estas bien? -tocó tu hombro, te volteaste, tomaste su cara entre tus manos, pusiste tu frente contra la de el-
T/n: tengo mucho sueño, de echo bastante seño, no pasa un día sin que alguno de ustedes peleen -te alejaste, caminaste hacia un sofá, te acostaste en el mismo y cerraste tus ojos- Dormiré un poc... -gritos se escucharon nuevamente- Yo voy -caminaste al lugar de donde provenían los gritos-
Azusa y Kanato estaban peleando por un conejo de peluche muy grande, salí rápidamente del cuarto, camine al mío y saque un peluche de conejo de ahí, volví con Azusa y Kanato
T/n: Azusa toma, Kanato quédate con ese, ya dejen de pelear -caíste rendida en el sofá de la habitación- Tengo mucho sueño -te quédate totalmente dormida-
Azusa: esta muy pálida, tenemos que llevarla al cuarto de Reiji, el sabrá que hacer -te levanto del sofá-
Los dos llegaron al cuarto de Reiji, Reiji te dejó sobre la cama, te examinó por unos minutos
Reiji: parece que a pasado días sin dormir, aparte hace dos días no a tocado la comida, ni siquiera a querido comer dulces -tocó tu frente suavemente- Necesita descanso, salgan de aquí, yo la cuidare, díganle a los demás que no hagan ruido
Azusa y Kanato salieron del cuarto, caminaron por todo a la casa pasando el mensaje que les dio Reiji, tu aun dormias tranquilamente hasta que escuchaste gritos nuevamente, te levantaste rápidamente, una mano te detuvo, miraste a Reiji
Reiji: necesitas descanso, yo iré a arreglar las cosas, duerme más -te recosto en la cama suavemente, te acomodaste y te quedaste dormida-