𝐒𝐄𝐋𝐂𝐎𝐔𝐓𝐇
❝ 𝗲𝗹𝗹𝗮 𝗲𝘀 𝗽𝗲𝗰𝘂𝗹𝗶𝗮𝗿, 𝗽𝗲𝗿𝗼 𝗺𝗲 𝗴𝘂𝘀𝘁𝗮 ❞
Ella fue encontrada de una manera en que el nunca lo será. Mientras ella es ella misma, el pretende ser el chico que todos quieren que sea.
Heo Ye-rin y Joo Seok-hoon no...
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EL CORAZÓN DE YE-RIN LATÍA FUERTEMENTE MIENTRAS SU VISTA SE VOLVÍA BORROSA, pero la Ye-Rin de 8 años seguía corriendo. Se abrió paso entre numerosas personas, mucho más alta de lo que ella era, sin sentido de dirección o destino.
Sudaba frío mientras sentía sus músculos tensarse, pero la pequeña Ye-Rin no tenía la menor idea de lo que ocurría, el porque se sentía así.
Su cabeza daba vueltas mientras se abría paso al lobby de Hera Palace, el cual resultaba ser el peor lugar para estar en el momento.
Tras que sus rodillas renunciaran a ella golpeó contra el piso del lobby, como pudo gateó al objeto más cercano que encontró y apoyó su espalda contra este, en este caso siendo un sillón en la zona de espera.
Sus manos se apretaron fuertemente contra sus orejas tratando de hacer los sonidos de su alrededor desaparecer mientras lágrimas recorrían su rostro, su cabello ahora se encontraba enredado mientras que presionaba sus rodillas contra su pecho.
Ojos. Sentía numerosos ojos sobre ella sin la necesidad de voltear a verlos, los podía sentir circulando alrededor. La recepcionista se acercó a la pequeña niña con esperanza de tratar de calmarla tras notar que estaba causando un escándalo que atraía la atención de varios residentes.
Pero en lugar de funcionar solo lo hacía peor. Para la Ye-Rin de 8 años, era sofocante. Había demasiada gente y sus pensamientos eran cientos por minuto. Así que su cuerpo comenzó a marchar por si mismo causando que comenzara a hiperventilar.
Quería calmarse, realmente lo hacía, pero a este punto Ye-Rin ya no poseía control sobre su cuerpo y sentidos.
Eso fue hasta que sintió algo cubrir su cuerpo, envolviéndose totalmente en un suave material. Joo Seok-Hoon volvía de nadar cuando noto una pequeña multitud, decidiendo asomarse vio a una chica, no más grande que el si es que tenía que adivinar, en el piso afligida.
Esa fue la primera vez que puso su mirada en Ye-Rin.
Sin pensarlo mucho corrió hacia ella y la cubrió con su húmeda toalla. Agradeciendo que era lo suficientemente grande para cubrirla por completo, se deslizó debajo de la toalla para tratar de ayudarla.
—¡Hey! ¿Cuantos dedos estoy levantando? —Seok-Hoon posicionó su mano frente a la chica pero no obtuvo respuesta —¡Hey! ¡Mira aquí! ¿Cuantos dedos estoy levantando? —repitió más fuerte, lo cual llamó su atención. Tras un momento, hablo con voz cortada.
—D-dos —dijo lo suficientemente fuerte para que el pudiera escuchar. Asintiendo, mostró otro par de dedos.
—¿Y ahora? —Seok-Hoon preguntó
—S-seis —respondió, su voz sonando un poco más estable que antes, Seok-Hoon suspiró aliviado realizando que ella ya no luchaba por tratar de mantener su aliento y que ya no lloraba más.
—¡Ye-Rin! ¡Pequeña! ¿Donde estas? —se escuchó a una mujer gritar, Ye-Rin reconoció la voz de su madre.
—¡Ye-Rin! ¡Está bien! ¡Mamá y papá están aquí! —habló otra voz más gruesa que la anterior, su padre.
Quitando rápidamente la toalla que aún se encontraba sobre ella, corrió hacia sus padres con brazos abiertos. Su madre la cargo mientras Ye-Rin se escondía en la curva de su cuello, asustada de hacer contacto visual con alguien más.
Sus padres notaron al chico que se había encontrado con ella bajo la toalla y se encaminaron hacia el, Seok-Hoon se mantuvo en su posición, sus ojos no mostraban signos de intimidación.
—Gracias por ayudar a nuestra hija —agradeció el padre, el más joven asintió —¿Eres el hijo de Joo Dan-Tae, cierto? —Seok-Hoon asintió una vez más —Bueno, una vez más. Gracias por ayudar a Ye-Rin.
Solo entonces, Ye-Rin volteó a verlo, sus ojos ahora se encontraban hinchados pero seguían siento hermosos. Compartieron una mirada y Seok-Hoon sintió sus mejillas arder.
—Creo que debería ir a un chequeo —el chico mencionó —Muestra síntomas que alguien de nuestra edad no debería experimentar— Seok-Hoon aclaró. Los padres Heo ya lo habían considerado, y la presente situación lo acababa de confirmar.
Y así fue como la pequeña Heo Ye-Rin fue diagnosticada con trastorno de pánico a los 8 años.
NOTA . . . Ignorando el hecho que me tomo medio año actualizar, ya por fin hay nuevo capítulo jaks. Ahora si prometo que actualizaré más seguido.
