Capitulo 2. Lecciones Clandestinas

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- " Neeko reportándose, soy una estudiante de primer año y actualmente asisto a la UA, la mejor escuela de héroes del mundo!

En el capítulo anterior nos encontramos con Madoka y nos reveló grandes verdades sobre nosotras mismas. Además nos indicó que fuéramos al bosque a escondidas todos los días para que ella nos enseñara sobre la cultura general oovikat y nos diera un entrenamiento especial. Espero que nadie nos descubra, estoy muy emocionada!" -

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En la mitad de un profundo bosque, frente a un roble frondoso se escuchaban los sonidos de un hacha golpeando contra la corteza de dicho árbol. El sol resplandecía en lo alto del cielo pero afortunadamente las gruesas ramas del roble protegían muy bien a la leñadora en cuestión de los intensos rayos solares. Los grillos emitían sus usuales sonidos además de las corrientes de un riachuelo cercano.

- Noventa y siete, noventa y ocho, noventa y nueve.. y cien! Con eso terminé mis 50 series del día. Neeko es tu turno ahora, espero que estés preparada -

La chica peli-azul contaba cada golpe que le daba con el hacha a la corteza del roble, cuando hubo terminado dejó caer el hacha al suelo, flexionaba sus brazos mientras se acercaba a la chica oji-verde esbozando una radiante sonrisa. Nada le daba más gusto que participar en una labor junto a su adorable hermana menor.

- Por supuesto que estoy preparada, ese árbol caerá más rápido de lo que crees. Solo mírame! -

La joven oji-verde se levantó de un salto con mucho entusiasmo, se sacudió un poco, caminó hacia el hacha con toda la seguridad del universo y colocó ambas manos sobre el mango de madera del hacha. Sus suaves manos sintieron la superficie áspera al entrar en contacto con el mango. La chica no tuvo ninguna dificultad en levantar el hacha y acomodar la parte superior sobre su hombro derecho.

Separó sus piernas colocando sus pies con firmeza en el suelo y se inclinó un poco mirando fijamente el tronco del roble delante de ella. Debía acertar las mismas marcas que su hermana mayor había dejado, movió un poco sus manos para mejorar el agarre con el que sostenía el hacha, dio un leve suspiro para después flexionar su cuerpo con el propósito de darle un golpe potente a la corteza del árbol. Pero justo cuando la punta metálica del hacha entraría en contacto con el tronco, ocurrió algo insólito. El hacha completa estalló en destellos de luz, dejando únicamente partículas detrás.

- huh? -

La chica oji-verde quedó asombrada con los ojos abiertos como platos, debido a la inercia estaba a punto de chocar contra el tronco del roble. Pero...

La chica oji-verde se levantó de golpe de su cama, estaba temblando y sudando frío, estaba muy pálida y tenía una expresión lúgubre en su mirada, como si hubiera visto un fantasma. Por si fuera poco apenas podía sostener la sábana con sus manos temblorosas. Además sus ojos estaban llorosos y había lágrimas sobre sus mejillas. Había sido un sueño, otra vez, el mismo que ha tenido por varios días desde el encuentro con Madoka. Giró levemente su cabeza para ver si no había despertado a su compañero de cuarto con sus lloriqueos. Ahí se dio cuenta de que el chico peli-morado estaba despierto sentado en su propia cama mirándola fijamente con una expresión pensativa, como si estuviera analizando la mente de la chica en busca de respuestas, y de hecho eso era precisamente lo que Hitoshi estaba haciendo.

- Disculpa si te desperté Hitoshi-kun, no era mi intención hacerlo -

Mencionó la chica oji-verde con una voz muy desganada, además de estar adormilada se notaba mucho que algo la estaba afectando.

- Oye, dime qué te sucede, ésta es la quinta vez que despiertas llorando y con la cara de espanto -

La pregunta de Hitoshi hizo que Neeko se alarmara, todo debía guardarse como un secreto entre Madoka y ellas dos, o en vez de pregunta parecía una orden. Sea como sea debía guardar el secreto a toda costa. Por eso la chica negó con la cabeza mientras cerraba los ojos.

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