Capitulo 4. Festival Hanabi

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- "Neeko reportándose, soy una estudiante de primer año y actualmente asisto a la UA, la mejor escuela de héroes del mundo!

En el capítulo anterior nos enteramos de una fenomenal noticia que dejó sin palabras a todos, tanto que yo tuve que cantar para calmar los sentimientos agitados de todos. Espero que mi canción haya servido.

Pero más tarde cometí un error, una compañera de otra clase quería ir con Hitoshi al festival y no pude negarme. Debí haber sido más fuerte y decirle que Hitoshi ya era mío...digo que ya tenía planes conmigo. Creen que él pueda perdonarme?" -

El sol se estaba ocultando y el día llegaba a su fin, abriendo paso a la oscura noche.

Hasta que la chica oji-verde escuchó que la puerta se abrió de golpe, despertándola de su sueño. No sabía cuánto tiempo había pasado desde que su amiga abandonó la habitación, la luz del cuarto se encendió y la chica dio un pequeño salto abriendo rápidamente los ojos, se enderezó enseguida sentándose puesto que el repentino azote de la puerta la había alarmado. Volvió a cerrar sus ojos por un momento ya que la luz del cuarto la cegó por unos instantes, cuando éstos se acostumbraron los abrió de nuevo lentamente. Era Hitoshi, el chico había regresado a la residencia y ahora estaba de pie frente a la chica oji-verde, se notaba molesto y miraba fijamente a la chica con una expresión iracunda.

- Hitoshi-kun? -

Sin decir nada el chico se acercó rápidamente a ella, subiéndose en la cama la tomó con firmeza de las muñecas. Hizo que la chica volviera a acostarse bruscamente, los brazos de Neeko quedaron extendidos hacia arriba, sobre su cabeza siendo sujetados por Hitoshi.

- Cómo te atreves a dejarme plantado?!! Acaso no pensaste en cómo me iba a sentir?!! -

Le gritó de forma amenazante a la chica, estaba prácticamente encima de ella y sus cuerpos estaban separados a tan solo centímetros uno de otro. El chico la tenía completamente sometida, sin embargo Neeko no sintió miedo de él, solo lo miraba fijamente con una pesada mirada de tristeza. Él tenía razón, no tomó en cuenta los sentimientos de Hitoshi, podría excusarse con el pretexto de que no podía percibir los sentimientos de él pero era mero sentido común.

- Lo...lo siento mucho, cuando Hayami me pidió aquello, no pude ignorar sus sentimientos, no sabía que más hacer, por favor perdóname -

Dijo la chica con una voz afligida, un par de lágrimas recorrieron sus mejillas, en todo momento Neeko no opuso resistencia ante Hitoshi. Por su parte, al tener a la chica oji-verde a su merced, el dulce aroma a vainilla que emanaba del cuerpo de ella inundó su sentido del olfato.

- ( Otra vez olvidaste tomar tus pastillas, si que sabes cómo volverme loco ) -

El chico de cabello morado se dejó embriagar un poco más por aquel delicioso aroma, la chica se veía tan vulnerable y sumisa que podría morderla en ese momento. Mientras sujetaba fuertemente las muñecas de la chica sentía la suavidad de su piel, además de ese par de brillantes ojos verdes que lo miraban fijamente. Hitoshi bajó un poco más su mirada hacia el cuello de la chica, se acercó acortando aún más los pocos centímetros que los separaban, estaba decidido a marcarla como suya ese día y Neeko parecía mostrarse sumisa ante la idea. Era una oportunidad que debía aprovechar, quién sabe cuántos más potenciales obstáculos tratarían de interponerse entre los dos y aprovecharse de la inocencia de la chica oji-verde.

Los colmillos de Hitoshi apenas estaban haciendo contacto con la suave piel de la chica, cuando la realidad de la situación le llegó como un rayo incrustandose en su cabeza. Se dio cuenta de lo que estaba a punto de hacer, y en lugar de encajarle los colmillos, le dio un suave beso en el cuello a la chica. Tras lo cual se separó de inmediato, soltó el agarre que había mantenido en las muñecas de la chica, se apartó de ella levantándose de la cama. La miró, Neeko estaba totalmente sonrojada mirándolo, tanto su blusa como su falda estaban un poco levantadas, dejando expuestas a la vista del chico una parte del vientre y una parte de las piernas de la chica oji-verde. Para él era una preciosa escena, además de que las medias blancas y altas que la chica usaba en ese momento le daba un aspecto más sensual. Hitoshi cerró los ojos por un momento, como si estuviera grabando esa escena en su memoria, después volvió a abrir los ojos manteniendo su expresión seria.

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