Cuando cayó la noche, Luka no pudo dormir. Vaya que se sentía cansado y somnoliento, pero cada vez cerraba los ojos, cientos de imágenes y pensamientos comenzaban a molestarlo. Después de una hora, harto de no estar a salvo ni si quiera en su propia mente, se levantó de su cama. Buscó algo con que abrigarse y abandonó su habitación. Salió a la cubierta, en donde todo estaba tranquilo, y se asomó hacia donde la corriente del mar generaba un movimiento constante y calmo debajo del barco.
"¿Por qué éstas cosas me pasan a mí?" se preguntó Luka como todos lo han hecho alguna vez.
Jamás se había sentido así antes, incluso cuando había tenido razones. Ni cuando murió su pez beta, ni cuando rara vez peleaba con su hermana. Ni si quiera cuando se enteró de que Jagged Stone, su más grande ídolo, era su padre. Ningún sentimiento de tristeza o decepción que pudiese haber sentido antes se comparaba a la desesperación que lo estaba consumiendo.
Luka estaba enamorado, pero ese no era el problema. Luka se había sentido atraído por algunas personas antes. Hubo una chica, Chiara, que le gustó lo suficiente como para salir con ella tres años atrás. Estuvieron juntos un par de semanas hasta que ella lo dejó por un chico de su vecindario. En su momento, Luka se sintió desechable, insuficiente, pero el sentimiento lo dejó tranquilo varios días después.
Posteriormente, mostró interés por la hija de una de las amigas de Anarka Couffaine, su madre. Pensó en invitarla a salir, pero desistió cuando se enteró de que la chica tenía un novio. Duró unas tres semanas enamorado de ella, tal vez menos.
Todo cambió cuando cumplió 15 años, al inicio del ciclo escolar. Había llegado un chico nuevo a su clase de música, un estadounidense de piel oscura y brillante. Su nombre era Ethan, y su presencia despertó sentimientos que Luka jamás pensó tener por un chico. Al principio, entró en pánico, pues con el paso de los días se sentía más y más seguro de que Ethan le correspondía.
Una mañana faltó a clases debido a un resfriado, por lo que se quedó en casa siendo cuidado por su madre. Acostado en su cama y escuchando canciones de Jagged Stone, Luka decidió que era la hora de hablar sobre sus sentimientos con alguien en quien confiaba. Así que ese mismo día, cuando su hermana llegó de la escuela y al sentirse mejor después de la comida casera de Anarka, se dispuso a ir hacia la habitación de la chica. Ni si quiera se levantó de la cama, pues estaba pensando en ello cuando ella se le adelantó entrando a su pieza.
──¿Cómo te sientes?── le preguntó Juleka, sentándose en la esquina de la cama. Él le aseguró que ya se sentía mucho mejor ──¿Puedo hablar contigo?
Luka asintió en silencio, algo curioso, pues su hermana no solía buscar empezar una conversación.
──Bueno... Hay algo en lo que he estado pensando últimamente y siento que si no se lo digo a alguien, voy a explotar. Tú siempre me escuchas y me comprendes, así que pensé que tal vez puedas... apoyarme── Juleka se aclaró la garganta y cerró los ojos antes de continuar ──Bien, aquí voy. Yo...yo...
──¡Soy bisexual!── soltó Luka ante la presión a la que se sintió sometido por el parloteo ansioso de Juleka.
──Oh, wow, ¿de verdad?── Luka asintió apretando los labios ──Eso... no lo ví venir. ¿Desde cuándo sabes?
──Desde que me gusta Ethan── respondió Luka, atento a cualquier gesto de Juleka.
──¿El americano?── Juleka fingió un gesto de indignación ──¡Deshonra, deshonrado tú y toda tu descendencia!
Luka no pudo evitar soltar una carcajada al recordar a su abuela y su aversión hacia Estados Unidos, y las palabras exactas que ésta le dijo a su tío cuando se casó con una chica que conoció cuando se fue de intercambio a Washington. Juleka observó a su hermano reír con una sonrisa que se difuminó cuando al componerse, Luka le preguntó:
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Entre acordes y amores [Lukadrien]
FanfictionEl corazón de Luka Couffaine se encuentra en una encrucijada, pues a sus a sus recién cumplidos 17 años, está enamorado por primera vez, de dos personas al mismo tiempo.