Palabras del corazón

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Todos se sentían... estúpidos... por no decir otra palabra. Simplemente, ¿Cuánto tiempo había pasado desde que cada quién conocía a Tomioka? Claro que dependía de cada pilar pero realmente los únicos que podían salvarse eran Muichiro ya que era nuevo y Himejima hasta cierto punto, aunque siendo honestos también se sentía algo culpable por no haber notado las cosas antes.

- Esto es ridículo... tú debiste ser la primera en darte cuenta.

- ¿Disculpa? – respondió Shinobu con indignación en el tono.

Se había dado la ocasión de reunirse y los tres pilares se encontraban sentados en una banca mientras comían algunos dangos. Sanemi iba a morder el dulce pero volteó a verla antes de hacerlo.

- Eres la doctora aquí, todo el tiempo vamos a tu finca a que nos cures y estás familiarizada con nuestros cuerpos, sólo digo – dicho esto se metió una de las bolitas de masa a la boca.

Shinobu se molestó con lo que dijo pero no tuvo un contra argumento para aquello, así que en vez de eso contestó con otra pregunta.

- ¿Y cuál es tu excusa Shinazugawa-san? ¿Tu obsesión por pelear te vuelve tan estúpido cómo para no notar a una persona muda frente a ti?

- No estoy obsesionado con luchar.

- Claro, entonces explícame de donde han salido la mayor parte de tus cicatrices.

Iban a comenzar a discutir pero la voz de Iguro lo evitó.

- Tomioka tiene la culpa, eso no quita que seamos una bola de idiotas pero no es posible que no se le haya ocurrido en ningún momento hacérnoslo saber de alguna manera. Es casi como si disfrutara su situación.

- Además de arrogante, masoquista – masculló el pilar de viento poniendo sus ojos en blanco.

- Por favor Iguro-san, Tomioka-san no es buena relacionándose con las personas, puede llegar a ser un poco tonta en ocasiones pero no es intencional.

Eso era cierto, sin embargo el hecho de haberse dado cuenta que la pilar de agua tenía esa complicación y no haber sido capaz de deducir que además tenía problemas verbales le pegaba más en el orgullo a la pilar insecto. Aunque debía haber otras razones para que Tomioka no intentara buscar ayuda, los tres estaban seguros de ello pero ninguna explicación les resultaba lógica.

- Eso ya no importa, ahora que sabemos ¿Qué mierda se supone que vamos a hacer al respecto? – preguntó Shinazugawa.

Los pilares habían terminado, comenzaron a caminar sin rumbo por las calles de aquel pueblo en lo que resumían su plática.

- Lo primero y lo más razonable sería revisarla para ver cómo está la cosa realmente, después sólo sería cuestión de proporcionarle ayuda para que pueda comunicar de otras maneras lo que necesita o quiere.

- Kyojuro ya se adelantó en eso – comentó Obanai ganándose expresiones sorprendidas por parte de sus amigos.

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Giyuu y Kanzaburo veían con curiosidad el pequeño paquete en las manos de la joven azabache. Después de haber respondido la pregunta de Rengoku aquella noche y que se hubiera enterado finalmente que no podía hablar, Tomioka creyó que los demás le seguirían en la noticia y todo acabaría ahí, varios problemas se resolverían y hasta podrían ser más pacientes con ella, todo ventajas desde su punto de vista, pero no esperaba la visita del pilar de la flama en la entrada de su casa dos días después del incidente.

Una mirada con mil palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora