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Reproducir para mejor experiencia.

Ya devuelta en su casa, cayó al sillón donde descansaba su familia. Cansada de tanto grito y golpe.
A ellos les pareció extraño que Chaeyoung hiciera esto pues siempre prefería estar sola, aun así la dejaron quedarse. Con todo el susto y terror se rindieron.

Se veían noticias en el televisor. Era el noticiero de su pequeño pueblo así que no creyó ver mucha relevancia. Bastante aburrido.

Luego de un largo bostezo y acariciar el hombro de su hermano posteriormente lastimado, pensó en dirigirse a su cuarto. Este gesto por supuesto que asustó a su hermano. Nadie quería estar junto a Chaeyoung... solo lo había querido Mina.

Apenas entró, lo primero visible eran los muchos dibujos de Mina hechos por Chaeyoung. Todos pegados en la pared. Uno junto al otro con la simetría perfecta.

Comenzó a llorar. ¿Por qué Mina no la fue a ver hoy? Estaba dejando caer lágrimas y eso no era usual, claro que no lo era, es una persona insensible.
Pero estaba enojada. No sabía exactamente con qué o quién, sólo que estaba enfurecida hasta los huesos.

Mierda. Mierda. Mierda. Mierda. Mierda. Mierda. Mierda. Mierda. Mierda. Mierda. Mierda. Mierda. Mierda. Mierda. Mierda.

Todo esto es una puta mierda.

Hizo añicos la mayoría de dibujos, dio vuelta sus muebles y rompió el espejo con el puño (dejándolo sangrar), se arrancó cabellos, golpeó las paredes e hizo una pequeña grieta en una de ellas. Nada estaba bien.
Chaeyoung no es capaz de componerse a sí misma y se asociaba a una pequeña balsa en medio del mar presenciando una tormenta.

Ella era la presa y su parte bipolar el depredador. Este se alimenta de los delirios y debilidad.
Se ahogaba, se hundía en sus sensaciones. Sentía que corría sobre notas musicales formando una melodía ansiosa, escapando de la nube negra más fuerte que ella. Era más rápida, no había forma de evitarla.
De la forma que intentara, aunque ponga todo su esfuerzo y empeño en alejarse, no lograba hacerlo. Nunca lo lograría. Era completamente imposible.

Chaeyoung sabía que jamás podría dejar sus complicaciones atrás, sin embargo con todas sus fuerzas posibles (Las cuáles eran muy escasas) lo intentaba cada día. Todas las mañanas y noches escapaba. Estaba exhausta de correr todo el tiempo. En sus sueños y realidad.
Todo siempre fue oscuro, todo siempre la atacaba. Pero la atacaban porque ella atacó primero.

Por más que quisiera, no podía evitar acatar. Estaba fuera de su voluntad. Eso es culpa de su otro rostro, el rostro macabro, el rostro cruel y malévolo.

Todo el tiempo se sentía la villana de la historieta. Pero era una villana sin héroe. ¿Quién es el héroe con el cual debe combatir? Pues sí, ella era la villana así como también era la heroína. Una constante pelea mortal consigo misma.

Contaban explosiones y balas. Bombas y guerras. Era su misma batalla. Consistente guerra fatal la cual termina en muerte. Pero, ¿Es su muerte o la de alguien más? No hay respuesta. Eso lo tendría que descubrir por su cuenta. Soportar y soportar hasta colapsar y conocer el desenlace. ¿Quién terminaría sin vida? o ¿Quién ya la había perdido?

Todo esto era un vivir muriendo... poco a poco pudriéndose.
Había dejado sus objetivos detrás ya que estaba convencida de que jamás los alcanzaría. Esperanza perdida. También había perdido la razón. Solo permanecía la locura.

Lloraba a gritos y sonidos ahogados. Si su madre estuviera lo suficientemente interesada, ya hubiese ido a corroborar que su hija se encontraba bien. No apareció nadie.

Cayó al suelo y sostuvo entre sus manos el último y único dibujo completamente intacto. El primero que hizo.

Chaeyoung escuchó un portazo alucinante que le dio dolor de cabeza punzante.
Asustada, abrió su puerta bruscamente y corrió por toda su casa.

—¡Mamá! ¡Jeonghoon!— Su respiración se agitó. —¡¡MAMÁ!! ¡¡JEONGHOON!!— Ya estaba desesperada hasta lo más profundo de su ser.
Por más que actuara de forma violenta con ellos, los amaba demasiado. Los amaba con toda su alma y esos malos comportamientos eran culpa de sus condiciones graves. Se habían agravado bastante, demasiado se podría decir.

Pero ellos habían actuado gracias al miedo. No estaban. Chaeyoung fue a ver sus habitaciones... vacías.
La abandonaron y eso le dolió como si fuera un cuchillo clavando su corazón.

La televisión quedó encendida. Chaeyoung en su rabia y desolación casi la golpea, pero una noticia la detuvo.

"Los servicios de seguridad aún buscan a la chica desaparecida. No han encontrado pistas, tampoco cuerpo. Los padres ya están asumiendo que su hija murió. Esta mujer no tenía razón para escapar ya que ella misma decía que amaba su vida. Ya han pasado dos largos meses sin tu presencia. Seguiremos buscándote, Myoui Mina"

Su corazón casi se detiene por completo. Sentía que ninguno de sus órganos tenían intención de funcionar correctamente. Todo era demasiado confuso. ¿Dos meses?

Sus piernas reaccionaron y comenzó a correr. Corría a toda velocidad mientras lloraba. Vista nublada debido a las lágrimas contenidas en sus ojos.

—Mina...— Sollozó. —¡¡MINA!!— Gritó.

Ese día estaba resultando ser el peor de su vida. Tenía fuertes impulsos de saltar frente a un carro para simplemente terminar con el sufrimiento, pero aún mayor era el deseo de encontrar a Mina. Saber qué era lo que estaba pasando.

Su cuerpo se acalambraba, sin embargo seguía corriendo intensamente. No pensaba en nada más que aquel beso y esos lindos encuentros. ¿Habían sido reales o solo fue producto de su imaginación?

Mina era la única persona que la soportaba y no podía con el pensamiento de que podía ser irreal. La amaba y mucho.

El camino hacia el bosque se hizo mucho más largo de lo que realmente es, la ansiedad la devoraba. Estaba angustiada y lo sentía en cada uno de sus nervios.

Llegó al exterior del bosque y tomó un poco de aire mientras miraba la profundidad. Unos segundos después, corrió hacia adentro, hacia el sitio llano.
Ahora ya no habían lágrimas, sólo desesperación.

Golpeaba las ramas que se cruzaban en su camino causándole diversas raspadas y rasguños.
Apartaba con fuerza todas las ramas.

Ya no podía aguantar más. Ella tenía que ser real y si no lo era, acabaría sin vida. Puede ser que su corazón siga latiendo pero día a día sería vivir en una muerte constante.

Se tropezó incontables veces pero no le importaba. Tal sólo se levantaba sin sentir dolor físico alguno.

Hasta que llegó. Llegó y la vió recostada con sus ojos cerrados sintiendo el sol.

Se acercó a ella y se posó de pie junto a Mina, mirándola.

Sonrió macabramente mirando a su yacente novia. Sentía paz. Sentía calma.

Había olvidado la mayor parte del último año. No sabía que había ocurrido ni que había hecho.

Seguía sonriendo con crueldad. Una sonrisa siniestra decoraba su rostro mientras que el de Mina era de sufrimiento.

—Lamento haberlo hecho, Minari. De todos modos ya lo había olvidado, te sentí viva por un tiempo incluso. Había olvidado nuestra historia y la razón por la que acabé contigo—

Y allí yacía el cuerpo de una Mina sin vida. Piel podrida y pecho ensangrentado. Su cuello también tenía marcas moradas.
Era un escenario hermoso para Chaeyoung. Una total maravilla.

Chaeyoung se recostó junto a Mina, la cual estaba exactamente al centro del sitio. Tomó la mano tiesa de su novia y se dedicó a mirar los rayos que pasaban a través de los árboles. Así mismo como hizo después de matarla.

komorebi | michaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora