No había para mí en este planeta un lugar más acogedor que mi cama,y nunca tanto como el día de mi cumpleaños.
Sí, un día como hoy hace 16 años vine a este maldito infierno.Odiaba cumplir años, así que entré al baño a cepillar mis dientes, lavarme la cara y peinar mi cabello, antes de que llegue mamá con mi padrastro y una tarta con velas para seguido de esto cantarme esa estúpida canción con la que nunca se que cara poner o como comportarme.Y no me malinterpretéis, amo a mi madre, pero no soporto a su novio,Fabi es un completo cerdo, se aprovecha del amor que le tiene mamá y la engaña, pero ella no lo ve.
Soy la clase de chica que se mira las puntas del cabello a medida que sus mejillas se tornan rosas, que cae rendida frente a un halago sin ser convencida del todo, la que se acompleja de su cuerpo aún estando delgada y que tiene miedo a enfrentar al mundo, que su cabello marrón se recuesta junto a las hojas del otoño y que tiene más complejos que un rompecabezas incompleto, la que continúa enfrentándose al mundo sintiéndose una cobarde, pero que ama las pequeñas cosas, la lluvia, el rocío en las hojas por la mañana y dibujar en los cristales empañados.
Nunca he tenido un novio...Siempre he querido uno, uno como los que describen los libros, no los "abdominales perfectos y ojos azules" pero si uno que me haga reir hasta que duela, uno que levante los vellos de mi piel con tan sólo tocar mis manos,uno que huela bien y se ría de mis chistes crueles, uno que me ame en los días de sol y que en los días de lluvia me haga el amor, uno que detenga mis lágrimas haciendo trucos de magia que termino descubriendo donde está el truco y aún así decirle al oído que es el mejor en ello.
En mi mundo esas cosas no pasan, aunque amaría que eso sucediera.Lo mejor será que deje de desvariar si no quiero terminar llorando como cada vez que veo una de esas tontas películas de amor.
Abrieron la puerta de mi habitación y ahí estaban, mi madre y Fabi.
-Cariño, creí que aún dormías -dijo mamá.
-Bueno, aún podemos cantarte ¿No? -dijo Fabi.
Me limité a sonreír mientras trenzaba mi cabello previamente colocado en la parte derecha de mi pecho.
-¡¡Cumpleaños feliz, te deseamos a tí,te deseamos todos, que los cumplas feliz!!... -cantaron .
Mamá se acercó a mí dándome un abrazo y un beso en la frente mientras Fabi salió a contestar su teléfono móvil a la terraza.
-Ya eres toda una señorita,felicidades princesa. -dijo mamá.
Correspondí a su abrazo y dije "Muchas gracias mamá, eres la mejor".
-¡Dios! Es super tarde ya,me tengo que ir,disfruta de tu día Amanda -dijo mamá.
Adiós mamá, fue lo único que dije, la he notado un poco más triste de lo habitual, y no, no era por los moretones en sus brazos que le hizo Fabi la última vez que llegó borracho a casa, ese cerdo la golpea y mamá no hace nada al respecto.Le guardo mucho rencor a ese hombre,quisiera poder defender a mamá, pero cada vez que lo intento terminamos golpeadas las dos, solo puedo vengarme poniéndole laxantes en la comida.No quiero pensar en esto, tomaré mi libro y mis auriculares y mientras menos tenga que compartir oxígeno con Fabi, mejor.
No entré a la primera clase y me quedé en la biblioteca leyendo un poco.Al ir a la segunda clase, noté que había un nuevo alumno, y estaba sentado en mi sitio. Este tenía la mirada puesta en su cuaderno, noté que escribía y con mi poca experiencia en hablar con nuevas personas dije "Hola, soy Amanda, siento tener que decirlo, pero este es mi sitio", asentó su bolígrafo en su cuaderno y levantó la mirada hacia mí.
¡Sus ojos! Sus ojos color miel adornados por unas largas pestañas, su piel pálida y sus labios rojos, su cabello era negro, un poco ondulado, su nariz era pequeña y perfilada, una mirada penetrante que brillaba como solo lo hacía el fuego.
-¡Oh lo siento Amanda! Yo soy Damian -dijo mientras se levantaba y me estrechaba la mano.
-Gracias Damian- dije mientras correspondí a su mano y dejé caer mi mirada al suelo.
Sonrió y se sentó justo en el sitio que estaba a mi izquierda, no dejó de mirarme durante toda la clase de matemáticas, y yo, nerviosa dejé caer mi estuche abierto al suelo, haciendo todo el ruido que no hice desde que empecé el instituto.Al sonar la campana,noté una mano fría tocar mi hombro, y sí, era Damian.Damian sonrío de una forma tierna,aunque aún desconocida para mí.
-¿Podrías decirme donde se encuentra secretaría?
- Sigue por este pasillo, al cruzar los casilleros gira a la derecha y baja las escaleras,vas a encontrarla justo enfrente.
-Gracias Amanda. -sonrió nuevamente marcando los hoyuelos en sus mejillas.
Y esta vez se me escapo una sonrisa a mí también.No volvimos a hablar durante toda la mañana, y después de la clase de educación física lo único que quería era volver a casa, tomar una ducha con agua fría y escuchar música hasta quedarme dormida. Personalmente creo que dormir es como morir por un tiempo.
Siempre me he planteado como sería si tuviese una vida como las chicas populares, como esas que llevan minifaldas y las uñas francesas...aunque en su cabeza hay menos neuronas que personas honradas en un congreso.
Amo la fotografía que tengo a una lado de mi cama,tenía cuatro años y estoy con mamá abrazandola un día en el que estábamos en un parque,llevaba dos coletas espantosas,un vestido manchado de helado de chocolate.Contemplé nuestra fotografía hasta que mi vista se hizo borrosa.Derrepente todo estaba oscuro, un hombre me hablaba al oído y me decía "Soy yo, ¿Me recuerdas?" "Nunca conseguirás olvidarte de mí" Intenté gritar, pero me era inútil.
-¡Amanda!- Dijo mamá.
Te has vuelto a quedar dormida hija, no iba a despertarte, pero te movías mucho.Pesadillas, otra vez ¿No es así?
-Sí mamá, fue un sueño bastante extraño.
-Baja enana, tengo una sorpresa para tí.
-¿Una sorpresa?
-Sí,está en el salón.
Bajé inmediatamente y había una caja grande con una cinta roja con puntos blancos en forma de lazo.Abrí el lazo, y después de levantar la cubierta de la caja no lo podía creer.

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Amanda está triste
Lãng mạnMamá dice que la belleza está en el interior, que el físico es un envoltorio, pero solo lo dice por mis complejos.Mis sueños son una escala de grises, y mis demonios duermen ahora,por favor, no los despiertes.