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〖𝓛𝓲𝓼𝓪 𝔂 𝓹𝓾𝓻𝓪〗

Narrador omnisciente

Cualquiera diría que las noches del último día de la semana eran serenas y se utilizaban como breve descanso para iniciar el día siguiente; pero no para las grandes urbes.

Levi Ackerman conducía su automóvil en dirección a la fiesta de un desconocido a la cual su hermana menor asistiría. El silencio dentro del coche era engorroso y todo el ruido que podía ser percibido provenía del exterior.

—Gracias por ofrecerte —mencionó la chica con labial oscuro.

—No haría esto si no insistieras tanto —contestó el chico pelinegro sin retirar la vista del exterior—. No me gusta que salgas sola.

—Ya no soy una niña, Levi. Puedo cuidarme sola —giró sus ojos al lado contrario de donde se encontraba el chico. Recargó su mandíbula en la mano derecha.

Levi la había cuidado desde que tenía tan solo dos años, él seguía viendo a esa niña indefensa; por lo que se negó a opinar. El sonido de su teléfono hizo que ella mirará el mensaje deprisa y con ánimo.

—Hoy cambiaste tu estilo —le echó una mirada de reojo. Trataba de relajar el ambiente.

—Dah, la fiesta es de disfraces hermanito —habló con burla—. Deberías salir más.

—Sabes que no soy de este tipo de reuniones.

—Deberías intentarlo. Sólo sales cuando el tío Kenny te lo exige, si fuera por ti no verías ni el sol. Tus recitales son la excepción.

—Así es y prefiero quedarme así.

Estaban a punto de llegar a su destino y Mikasa miró el exterior. Comenzó a teclear las letras en la pantalla de su celular.

—Hemos llegado —anunció él estacionado el coche y observando la casa donde pasaría su hermana algunas horas.

—El tío pasará por mí, regresa al departamento después de la cena. No iré —comentó manteniendo su vista en el móvil. Ella jamás estaba en casa.

Un chico salió de la vivienda con el mismo gesto: respondiendo un mensaje.

—Bueno, ¿él es el chico, Mikasa? —preguntó serio y con los ojos clavados en el tipo que había invitado a su hermana.

—Chao —hizo caso omiso. Abrió la puerta y salió del coche.

Él retiró sus anteojos, los guardó en el estuche y bajó del coche. "¡Oye!" pronunció.

—¿Qué quieres, Levi? —dijo Mikasa antes de dirigirse a la entrada.

—¿Conoces a más gente de ahí dentro? —preguntó tratando de parecer lo menos preocupado posible.

—Todos son chicos de la academia, el medio hermano de Eren les da clase —lanzó una mirada pesada—, supongo que ya los conoces. No son delincuentes.

Ella dio la vuelta para seguir caminando. Levi miró por una de las ventanas de la casa; en su interior resplandecían luces de diferentes tonos y oía el tango. Tenía una cena con Kenny y con amigos en un restaurante cercano al que siempre frecuentaban, ya que era el favorito del mejor amigo de su tío. Le llevó unos segundos decidir acompañar a su hermana. Eren lo saludó y él respondió con un movimiento ligero de cabeza.

Los tres entraron y Levi fue el último en hacerlo. Sus ojos vieron a la chica que le había dado su número y no lo había contactado.

—Hubieras ido mejor con el señor Ral y con el tío —susurró su hermana y a él se le escapó una pequeña sonrisa.

océan parfait | Levi Ackerman [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora