El viaje no era muy largo. De Italia a España el avión tardaría 2 horas como mucho. El chico estaba sentado junto a la ventanilla, mirando sobre las nubes, abrazando su maletín. Notó un peso en su hombro y al girarse observó al que era su hermano durmiendo. No había estado descansando mucho pues, como su representante, estaba buscando buenas ofertas de trabajo. Y al fin, tras la intensa búsqueda del cenizo, encontró una gran oferta en Marbella. Si, esa ciudad española. Esa era la causa de su viaje.
Toni Gambino. Era un abogado, pero digamos que no era el mejor de todos. Al menos no era tan solicitado en su país natal. Carlo, su hermano, cansado de no ganar una buena cantidad de beneficios empezó a buscar ofertas de bufetes para su hermano. Finalmente dio con algo que le llamó la atención. Un bufete de abogados en Marbella estaba muy solicitado, no tenían apenas a nadie allí y en aquella ciudad, en plenas vacaciones de verano, era necesario tener más personal. Sin dudarlo, el mayor de los hermanos aceptó la propuesta. Quería que su mamma y su hermano estuviesen orgullosos de él y si podía hacer algo que lo consiguiera, estaba dispuesto a lo que sea. El idioma no era un problema para los Gambino. Manejaban el español mejor que incluso algunas personas nativas. Además, les pareció buena idea a ambos el cambio de aires. En Italia eran tratados como mierdas, y no estaban dispuestos a eso. Al menos Carlo.
El viaje no fue tan agradable como esperaban. No habían revisado bien los boletos de avión. Si que estaban en España, pero no en el sur de ésta. Estaban en la capital, Madrid. Por lo que tuvieron que tomar el tren hasta llegar a Marbella.
Tenían reunión en el bufete en la tarde pero debido al percance del avión llegaron de noche.
-Carlo, bambino. Podrías haber revisado bien los billetes- dijo el rubio tintado sobándose la sien-.
-Oye, Toni. Es tu puto trabajo, preocupate tú también un poquito, ¿no? Que lo he hecho yo todo- soltó defendiéndose. El mayor tan solo se cruzó de brazos-.
Tenían un coche de alquiler pero tampoco pudieron recogerlo debido a las horas así que tomaron un taxi hasta la que era su nueva casa de alquiler. Dejaron sus maletas en la casa. Toni se sentó en el sofá, resoplando. Al sentarse notó la incomodidad del sofá. Estaba viejo y algo polvoriento. Pero el dinero tampoco les llegaba para mucho más. Carlo en cambio se quedó de pie frente a él, mirándolo fijamente.
-¿Qué quieres?- Dijo Toni viéndolo desde abajo, cansado-.
-He oído que hay un casino espectacular en esta ciudad.
-Si... Y...- el rubio tintado le incitó a que completara la frase-.
-Pues que vayamos- dijo con obviedad-.
-Carlo, acabamos de llegar. Y además... ¿Para qué quieres ir al casino?¿Para tener menos dinero aún?
-Vamos, Toni. No seas un aguafiestas, tío.
-Ve tú si quieres.
-Si vamos, puede ser que encontremos a algún buen cliente y enorgullecer a la mamma- el más alto de los dos se sentó junto a su hermano en el sofá, mirándole con un puchero en la boca-.
Toni se levantó del sofá y con desesperación aceptó la propuesta de su hermano.
Llegaron al lugar deseado del menor de los hermanos. Los ojos por poco se le salen de las órbitas al ver todas las luces, la música de fondo, la gente apostando. Se sentía como en casa. Una sonrisa se dibujó en el rostro de Carlo. Toni, sin embargo, iba detrás sin ningún tipo de ilusión. Estaba cansado del viaje en avión y en tren. Se acercaron a la zona de las mesas de jack black y de la ruleta. Era maravilloso a los ojos de los italianos, porque si, Toni no negaría que también le impresionaba aquel lugar.
-Toni- susurró el más alto. El rubio tintado le hizo caso-. Mira allí- señaló a un grupo de hombres trajeados sentados en una de las mesas de Jack Black-. Parece ser que tienen mucho dinero. Ve a hablar con ellos. Tú eres bueno en eso.
-Carlo, no voy a acercarme a la mesa a molestarlos. Están ellos solos- susurró también-. ¡Déjame!- Dijo alterado al notar como su hermano le empujaba a dicha mesa-.
-Muy buenas, caballeros- empezó a hablar el más alto de los hermanos una vez habían llegado a la mesa-. Este es mi hermano, Toni Gambino- abrazó del cuello al nombrado.
-Peldone, ¿y eso qué nos impolta?- Comentó un chino sentado en dicha mesa, mirando extrañado a los dos Gambino-.
-B-bueno- soltó tras recibir una palmada no muy suave en la espalda por su hermano-. Soy Toni Gambino, su abogado y amigo- extendió la mano pero al no ser recibida y al crearse un silencio algo incómodo la bajo, carraspeando un poco su garganta-.
-Somos nuevos por la ciudad y solo queríamos informar a sus habitantes que ha llegado un gran abogado. Para servirles. Soy Carlo Gambino, su hermano y representante. Aquí os dejo su tarjeta de trabajo por si nos necesitáis en algún momento- sacó de su bolsillo dicho papelito y lo metió en el de la americana de un hombre moreno con gafas y perilla-.
-Gracias, supongo- comentó éste, con un acento mexicano- Yo soy Raúl Salinas. Espero que esta ciudad sea de su agrado. Y ahora... Si nos disculpan, estábamos hablando en privado- sonrió falsamente-.
-De verdad, perdónenme. Es que mi hermano insistió mucho en presentarme a todos los posibles. Es un buen representante- rio nervioso-. Muchas gracias por todo. Ciao- cogió del brazo a Carlo y lo arrastró lejos de allí-. Tienes que dejar de entrometerte en la vida de los demás. Apuesta lo que quieras y vayamos a casa- escupió-.
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Un mundo diferente.
RandomDónde Toni Gambino es un simple abogado y Raúl Salinas el mafioso más temido de Marbella. Actualizaciones cortas Portada hecha por @SherezadeHenmoon_M <3