¡Hyung, Déjeme morderlo! KookTae

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Pocas cosas en la vida eran realmente impresionante para Taehyung.
Primero podría decir que no había nada que se comparara al apreciar el cielo frente al mar por la noche; como también el eco de la risa de los bebés. Tan tiernos e inocentes.
Una de las cosas que más amaba era ese momento en la noche, en la que tu mente parece estar entre el mundo de los sueños y la realidad. Esa sensación de limbo y como poco a poco la conciencia se va desvaneciendo hasta darle vida a sueños extraños e interesantes.

Pero a esta altura, nada le impresionaba más que sentir las cálidas manos de Jungkook presionando su cintura mientras la apresaba debajo
de su peso y el sofá.
Aún su cerebro no podía procesar cómo fue que sucedió ni en que momento terminó contra el sofá mientras JungKook lo besaba de forma lenta y tierna.
Los latidos apresurados de su corazón le nublaban su audición y sentir el cálido toque más rudo que el tierno beso contra su cuerpo terminó por derretir su capacidad motriz.

Simplemente se aferró a su cuello, con manos torpes y siguió el beso con la misma energía.
Se sentía íntimo, cálido y correcto.

Poco a poco, JungKook fue alejando su cuerpo. Aunque sin realmente alejarse, le dedicó una linda sonrisa antes de besar tiernamente su nariz.
Y, nuevamente, Taehyung comprendido que nada podría ser más increíble, irreal e inefable que Jeon JungKook.

Luego, un bonito sonrojo cubrió las mejillas de ambos. Como si sus cerebros acabaran de procesar lo sucedido.
El peso de JungKook cedió, escondió su rostro en el hueco del cuello de su Hyung mientras sonreía bobamente por su cometido.

— Tal vez podría acostumbrarme a castigarte de esta forma. — Murmuró, logrando que Tae le diera un pequeño golpe en su nuca.

— Tal vez podría tirarte del sofá. — Contradijo el peliazul, intentando contrarrestar lo cohibido que le hicieron sentir sus palabra.

— O tal vez podrías dejarme morder tu lindo cuello, Hyung...

Luego de eso, sintió un beso en la zona nombrada y un pequeño mordisqueo que no llegaba a hacerle daño. Pero aún así, el pánico ingresó en TaeHyung y empujó a JungKook hacía el suelo mientras escapó en dirección al baño. Encerrándose allí mientras escuchaba los quejidos de JungKook por el golpe.

— ¡Hyung, déjeme morderlo! — Exclamó tiempo después, golpeando la puerta del baño con insistencia. — Prometo que no lo lastimaré.

— ¡No! — Grito en respuesta mientras se apoyaba en la puerta.

— ¡Hyung!

•••

NamJoon miraba a JungKook fijamente, entrecerrando sus ojos ante la cara de idiota que portaba el Dongsaeng del grupo.