Capítulo 5

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Lo miré fijamente a los ojos y volví a preguntarme como alguien tan atractivo podía tener esa personalidad, supongo que no todo lo que brilla es oro. A mi mente llegaron imágenes de anoche pero sacudo mi cabeza rápidamente, recordando que estaba molesta y que no es tiempo de pensar en esas cosas.

– No se a que estas intentando jugar, pero te advierto, no sigas – expresé completamente seria – Te lo dije una vez y vuelvo a repetírtelo; No soy una de tus zorras,quieres follar pues folla, pero a mi déjame tranquila.

Su mandíbula se había contraído indicando evidente molestia, ví como apretó los puños y esa fue mi señal para encerrarme en mi cuarto, no sin antes dar un portazo. Minutos después escuché la puerta principal cerrarse, supongo que se fue.

Necesitaba relajarme así que me decidí a tomar una ducha. Después de unos largo minutos decido salir. Tomo mi pijama de la cama y me la pongo, doy unos pasos hacía el interruptor de la luz para apagarla y me acuesto en la cama con la intención de dormirme, que es lo que realmente necesito.

Pasados unos minutos comienzo a dar vueltas en la cama sin poder dormir,mi mente solo reproduce continuamente los últimos sucesos de la noche anterior donde el protagonista es el chico que hace unas horas estaba en mi cocina.

Conecto mis auriculares al teléfono y lo pongo en modo aleatorio. La música llega a mi oídos mientras miro el techo.Ya estaba comenzando a dormirme cuando River de Bishop Briggs comienza a sonar.

Genial.

Soy tan masoquista que la sigo escuchando y no es hasta que comienzo a sentir la letra, que me doy cuenta del error que he cometido.

"Shut your mouth and run me like a river....."

Suelto un jadeo.Estoy caliente.Solo puedo pensar en Alejandro.Encima de mi.Besándome.

Mis manos comienzan a descender por el valle de mis senos, pasando de largo hacía la barriga y voy llegando al vientre cuando la puerta se abre.

Doy un pequeño brinco y no cuento con que estaba enredada con los auriculares y caigo al piso.

La carcajada de Debie se escucha por toda la estancia y yo la miro mal mientras me paro.

– Eso te pasa por andar de pecadora – dice todavía riendo – Eso no es de Dios.

Yo tampoco.

– No se de que hablas – dije rascando mi nunca – Simplemente oía música.

– Voy hacer como que te creo – me tomó del brazo llevándome hasta la cocina, yo me senté en la isla mientras ella comenzaba a cocinar.

– ¿Que se traen tu y Alejandro ? – preguntó.

Alcancé un tarro de Nutella y comencé a contarle mi situación con Alejandro.Había pensado demasiado en ello y llegué a la conclusión de que tengo que alejarme, corrección, tengo que hacer un mejor intento en ello.Soy completamente consciente de lo que quiere y es algo que no le puedo dar.

A mi no me van las relaciones sin compromiso soy mas de una pareja estable y el simplemente quiere sexo. Además no estoy dispuesta a sacrificar la poca salud mental que me queda por tres acostones.No voy a negarme a mi misma lo mucho que disfruté ayer, pero eso se quedará como una recuerdo.Tampoco voy a mentir diciendo que no me atrae, me atrae muchísimo, como nunca nadie lo había echo, pero es mejor evitar problemas.

***

Camino a través del pasillo de una tienda de perfumería, era mi lugar de trabajo desde que entré a la universidad.La tienda se encontraba situada prácticamente en el medio del centro comercial y eso hacía que fuera más concurrida, además de sus productos, obviamente.La primera vez que entré quedé enamorada de este lugar, la combinación de rosa pastel y dorado le daban un toque único y elegante.Algo que me encanta de este lugar es que aquí te permiten crear tu propio perfume, amo ver la expresión de las personas cuando obtienen este dato, y es que eso es lo que los hace sentir especiales, el poder crear tu propia escencia, y el saber que es única.

Me acerco hacia mi amiga Sindy, la cajera, ella al verme sonríe y deja de lado lo que está haciendo.

– Largo día el de hoy – dice sacando el teléfono de su bolso.

Suelto un suspiro.

– Y que lo digas.

– Te voy a extrañar estos días – dice haciendo un puchero.

Yo rio.

No volvería al trabajo hasta el próximo martes ya que solamente me toca dos veces por semana; los martes y jueves.La suerte estuvo de mi lado cuando me permitieron trabajar de acuerdo a mi horario en la universidad y es que en realidad la dueña de este lugar es un amor de persona.

– Yo también – su sonrisa se ensancha.

– Hey chicas – mi cabeza se voltea y me encuentro con Diego, otros de mis compañeros – ¿Quieren hacer algo después de cerrar?

– Yo no puedo,necesito terminar unas cosas aquí y tengo planes – dice mientras teclea algo en su teléfono.

La mirada de Diego recae en mi.

– ¿Y tu Jess? – lo pienso por unos minutos y llego a la conclusión de que no estaría nada mal.

– Claro, deja buscar mis cosas y nos vamos.

Diego me llevo a un café que se
encontraba a la entrada del centro comercial.Yo ya había venido unas cuantas veces y en mi opinión era muy bueno.

Una camarera nos conduce hasta una de las mesas cerca de la ventana, desde allí se podía ver a todas y cada una de las persona qué entraban y salían.La misma camarera nos acerca el menú y comienzo a leer.Mi vista se levanta y observo a Diego, se encuentra concentrado leyendo las variadas opciones y es entonces me permito detallarlo.Es un chico sin duda bastante atractivo, peli negro y con unos ojos azules bastante llamativos, es bastante popular entre la población femenina ya que yo misma he sido testigo de como muchas chicas se han interesado por el.

Salgo de mis pensamientos cuando suena la campana de la puerta indicando que alguien ha entrado. Levanto mi vista y por un momento me quedo aturdida.

Es Alejandro.

Y no viene solo.

Fall For HimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora