||Capítulo 7||

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Omnisciente

El coronel bajó el cierre del vestido, de la dama de la mafia.

Aún con la rodilla en la entrepierna de esta el hombre sintió. Una humedad. Ella estaba demasiado húmeda.

Sus cuerpos se frotaba entre sí creando una fricción despampanante, que los dejaba realmente locos.

El hombre no dejaba de soltar, gruñidos fuertes, y movimientos bruscos que creaban demasiada excitación.

La mujer, no dejaba de pensar en las mil posiciones en las que podían follar, queriendo tener su polla dentro, de su húmeda entrepierna.

Christopher

La observaba como gimoteaba mientras deslizó su vestido, joder se ve realmente calienta esta mujer.

-por favor, follame duro.

Me restriego contra ella, causándole más, placer.

-quiere la folle señorita, por qué créame, lo único que quiero es partir le su jodido coño.

Veo como, se excita más ante mis palabras.

Sacó mi rodilla de su entrepierna mientras con una de mis manos, sujeto su mandíbula con fuerza, pensé que se quejaría al contrario la éxito más.

Acercó mi rostro, cuando mis labios están lo suficiente cerca, para estar rozándose, la beso, con deseo, lujuria, lascivia.

Aprieto mi agarre en su mandíbula.

Con mi otra mano. Le arrancó la lencería que trae puesta, dejándola desnuda a mi merced.

Aún besándola, sacó mi mano de mi mandíbula y la coloco en su cadera.

La levantó, para que se coloque sobre mis caderas. Con mi mano libre bajó mis pantalones, y quitando mis zapatos, me dejó los bóxer, ya me los sacare después.

Sacó mi polla dura como una roca. Quiero enterrar en ella.

Coloco mi polla en su entrada, la siento temblar ante, el simple tacto.

-no voy a ser gentil, Rachel.

-nunca dije que quería que lo sea, coronel.

Y sin más entró en ella, causando que ambos soltemos gemidos.

La siento temblar, esta húmeda mi pene se siente resbaladizo dentro de ella y a la vez apretado, puede que su coño esté mojado, pero igual aprieta.

Mis movimientos son bruscos eh inútiles, ya que nunca sentí tal placer.

-Christopher quiero ver.

La observó con fijeza mientras muevo las, caderas más fuerte.

-que quieres ver nena.

-quier... Mierda.

No alcanza a terminar, ya que muevo mis caderas rápidamente, asiendo que suelte más gemidos.

Sus tetas rebotan con cada embestida. Con mi mano libre tocó una apretándolas lo suficiente para sacarle más temidos y jadeos, a la mujer que tengo en frente.

Se que ella quiere, ver como la cojo y la dejare.

Baja la cabeza observando el punto fijo donde mi polla está entrando, constantemente en su vagina.

Se moja y excita muchísimo más, siento como aprieta su coño, no es por que se está por venir si no por que quiere más.

Con ambas manos sujeto sus caderas, apretándolas lo suficiente para tener el jodido control.

deseo prohibido-FANFIC PECADOS PLACENTEROS|libro2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora