Capítulo 23: El Amor de los Dos

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DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen pero la historia sí, por lo que NO AUTORIZO para que esta se modifique o publique en otro lugar. Sólo publico en Fanfiction y Wattpad, si encuentran mis historias en otros lugares y con otros personajes que no sean de Inuyasha entonces es PLAGIO.

Capítulo 23: "El Amor de los Dos"

La brisa leve lo despertó de su ensueño, no era que estaba dormido, todo lo contrario, luego del acto de amor se había sumergido en un extraño estado que lo hacía concentrarse agudamente no sólo de cada milímetro de piel, de sus negros cabellos, de sus pequeñas y cuidadas manos, sino también de cada movimiento suyo, incluso en el respirar de ella, que estaba pegada a su lado.

Se incorporó y arrugó el ceño al notar que Kagome estaba de medio lado casi acurrucada, la joven sí dormía, tenía los ojos cerrados y un respirar suave. La cubrió con la capa de ella que estaba cerca y él comenzó a ponerse los pantalones y las botas con lentitud. Cuando observó la quietud que se cernía a su alrededor respiró hondamente llevándose ambas manos a la cintura y sus ojos se posaron otra vez con infinito amor en la muchacha. Como si lo hubiera presentido ella comenzó a abrir lentamente sus ojos, sus espesas pestañas negras se movieron con una inusitada gracia, se ladeó sólo un poco dejando un blanco hombro desnudo al descubierto y entonces lo miró. La sonrisa que de inmediato le dio se quedaría para siempre grabada en su memoria. Era abierta, sincera y extrañamente tranquilizante. Inuyasha se arrodilló a su lado mientras Kagome se incorporaba con levedad, cubriéndose apenas con su capa.

- ¿Cómo estas, amor? – Preguntó él esbozando una leve sonrisa y tomando una de sus delgadas manos. Kagome alzó la vista al cielo aún poblado de estrellas y luego volvió a posar sus ojos en él.

- Muy bien... - Su sonrisa se enanchó y el joven la observó maravillado. Ni siquiera podía creer que lo que estaba sucediendo era real, tan real, que a veces se preguntaba si no sería tan sólo un sueño, un hermoso sueño. Con lentitud acercó la mano de ella a sus labios y la besó. Sintió el aroma de su piel, suave y fresco, la tersura de ella, tan aterciopelada sólo como era su Kagome. Alzó sus ojos grandes y dorados a ella, la observó nuevamente, con la cabellera aún húmeda y algo desordenada cayendo a su alrededor que llegaban al césped, la palidez de su piel en contraste de aquella oscura noche, sus ojos castaños que lo observaban con ternura y sus labios rosas que parecían ansiar un beso más. El rostro del muchacho cambió a lujuria, sonrió de medio lado y el brillo de sus ojos se agudizó clavando la vista en sus pupilas, ella pareció entender y de súbito enrojeció, su mano tembló entre las suyas, sólo pudo devolver una incómoda sonrisa, pero el hombre la acercó más a su lado.

- Eres muy hermosa... - Murmuró, esta vez posando una mano sobre su mejilla y rozando sus labios con lentitud.

- Lo dices... - Musitó entrecerrando los ojos, dejándose querer-... sólo porque... me quieres...

Inuyasha se apartó y la observó divertido.

- No, es cierto ¿acaso lo dudas?- Preguntó casi impresionado al ver como ella bajaba la vista algo incómoda. La vio crispar una mano en la tela de su capa que ocultaba su cuerpo.

- Yo sé como soy... desde pequeña me lo han dejado en claro... - Alzó sus ojos hacia él, la joven estaba muy seria e Inuyasha tragó, aún sin creer lo que estaba escuchando.-... recuerdo las palabras de mamá... y también su mirada ¿sabes? Ella creía que jamás me casaría porque no era ni tan hermosa ni tan perfecta como...

Él la había interrumpido posando un dedo sobre sus labios.

- Shhh...- Susurró mirándola con atención-... no digas ese nombre esta noche... - Luego de un momento pareció relajarse y sonrió una vez más, sus dedos comenzaron a juguetear con los labios de ella-... no puedo creer que una madre prefiera más a un hijo que a otro hasta el punto de decir esas cosas... estas equivocada... eres hermosa, pero mejor aún... eres atenta, con un noble corazón...

Bajo un Hechizo de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora