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Dos semanas habían pasado, el pelinegro no volvió a visitar la biblioteca.
Yeonjun en su preocupación llamó a Jeno quien le dijo que el pelinegro estaba bien aunque con una actitud extraña.
—Beomgyu —chilló— lo he arruinado, enserio, he arruinado todo.
—¿De qué hablas? —le miro extraño.
—Con Soobin, ahora si se dio cuenta —escondió su rostro entre sus muslos— Soobin dijo que esta bien pero él no ha ido a la biblioteca, es obvio que ya descubrió que me gusta.
—Lo estás pensando demasiado —acaricio el cabello del castaño— Yo digo que mejor hables con él, así si te rechaza será directamente.
—Beomgyu —suspiró.
—Okay, no rechazado directamente. Pero te quitaras la duda y estarán claros entre ustedes.
—Es que enserio tengo miedo —miro al de cabellos rosas aún recargado en sus propios muslos— tan sólo lo conozco por lo que hablamos en la biblioteca y aquella vez en la cafetería pero aún así me gusta mucho, es realmente mi tipo a pesar que no se el porque su sabor de
—Ven acá Yeonjun —lo rodeo con sus brazos no tengas miedo, cuantas veces no has paso por esto, si no se da sigue adelante. Pero también, ¿Cómo estás tan seguro de que no le gustas?
—No creo sea tonto como yo y le guste por cruzar unas simples palabras—suspiró—además parece hetero.
—Dejando eso de lado, enserio —sonrió— tú sólo se sincero con tus sentimientos, pídele la oportunidad de conocerse, no pierden nada.
—Me siento mejor ahora —sonrió— también hablaré con él entonces. Gracias.
—Te estaré esperando con malteadas y abrazos sea cual sea la respuesta.
Yeonjun se abalanzó sobre él con fuerza mientras hacía pucheros como llanto.
—A pesar del bullying te quiero mucho Beomgyu, no se que haría sin ti.
