Advertencia: contenido+18.Dejen mariposita para nuestra mujer Sam.
SAMMY
Si Calum me hubiera dicho esas palabras en cualquier otra situación, yo me hubiera reído. Justo frente a él, de forma abierta y quizás algo exagerada solo para fastidiar. Estoy segura que incluso le hubiera seguido la broma, soltando algún comentario como "¿Llamo al hospital para buscar una silla de ruedas?" o quizás algo más como "Soñar es gratis, mi rey".
Sin embargo, en esta situación. En este contexto donde apenas cruzamos la puerta él me besó como si su vida dependiera de ello, chocando sus dientes contra los míos debido a la necesidad del beso. Envolviendo sus brazos en mi cintura para tenerme más cerca, presionado su cuerpo contra el mío.
Mi respuesta no fue la risa, no, para nada.
Mi respuesta fue tomarlo por el cuello de la camisa para intensificar el beso.
Dios, yo estoy con un atuendo que apenas me abriga, sentada sobre él en una escalera de incendios con el tráfico de Nueva York de fondo. Debería estar congelandome el culo pero en lugar de eso siento que mi piel arde cada que roza con la de él. El sonido del bullicio de las calles y la música del departamento ahora es un ruido apenas notorio para mis oídos debido a que mi mente se nublo por completo.
¿Cómo la situación pasó a este nivel en tan poco tiempo? Fácil. Es Calum.
Algo en él hacía que mis sentidos se volvieran estúpidos. Y no me gusta eso.
—¿Estás bien con esto? —pregunta contra mi cuello, su voz está ronca y llena de deseo.
Ni siquiera me dí cuenta en qué momento me subió la falda hasta la cadera. Pero sí me doy cuenta de como las puntas de sus dedos rozan la tela de mis bragas. Mis labios se entreabren dejando salir el aire de mis pulmones.
—Haz algo —jadeo, impaciente.
Su risa vibra contra mi cuerpo.
No estoy pensando en lo que digo. Mi mente solo registra la manera en la que él deja besos húmedos por el área de mi cuello y clavícula, lamiendo, chupando y mordiendo la piel haciendo que me retuerza sobre su regazo en búsqueda de más contacto. Estoy segura de que quizás Calum pueda llegar a dejar una marca pero justo ahora mi prioridad es otra cosa.
Seguramente debo de parecer ridícula cuando muevo mis caderas por encima de sus muslos, frotándome. Puedo sentir su dureza chocando contra mi y los jadeos que deja escapar cada que lo rozo hacen que mi mente se nuble aún más.
¿Calum hablando? Caliente.
¿Calum catando? Jodidamente caliente.
¿Calum jadeando y gimiendo por mi? Estúpidamente caliente.
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Midnight Memories [Español]
Teen FictionSamantha ama Nueva York por las mañanas. Calum lo prefiere por las noches. Samantha canta la música de la radio. Calum guarda silencio ante la música de la radio. Samantha prefiere los apodos a su nombre completo. Calum no soporta los apodos; para...