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TW: mención de abuso y acoso sexual. Si no te sientes bien leyendo esto por favor salta hasta donde aparecen los ***.  Eres más importante y debes colocarte a ti primero 💗💗💗.

SAMMY

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SAMMY

         Cuando tenía ocho años continuaba viviendo en un pequeño orfanato en San Juan, Puerto Rico. Éramos catorce niños de distintas edades viviendo juntos en busca de una familia que nos quisiera. Algunas veces sentía que en lugar de convivir con ellos en realidad estaba compitiendo contra ellos,  ver quién de todos era adoptado primero. Quién conseguiría una familia antes.

Yo no era la primera opción de nadie. Ni de las personas que nos cuidaban ni de las posibles familias. Al ser mujer era más difícil que me adoptarán y mi edad tampoco ayudaba, siempre buscaban niños más pequeños porque la integración a un nuevo hogar resultaba más fácil.

Como nadie me ponía atención entonces decidí tener algo que el resto no, algo que hiciera que las personas pusieran sus miradas en mí antes que en el resto.

Comencé a bailar.

Al inicio no lo hice porque me gustará sino porque a las personas les gustaba.  Me agradaba la sensación de que alguien te elogiará, que vieran algo bueno en ti cuando tú no podías hacerlo. Llamaba la atención de las personas, hacía que me observarán en lugar que a los demás niños y me aseguraba de mantener su interés en mí. Me colocaba a mí misma al frente y al centro.

Sin embargo eso no hacía que las personas quisieran adoptarme.

Entonces decidí dejar de intentarlo. ¿De qué valía llamar la atención si al final seguía quedándome sola mientras veía como los otros niños dejaban la casa hogar?.  ¿De qué valía lastimarme con cada salto si al final seguía en el mismo lugar de donde parti?

Pero entonces, una señora de piel canela y cabello rizado se acercó a mí. Recuerda haberme escondido en el patio del orfanato para que los demás niños no me vieran llorar. Llevaba un traje elegante y en sus manos sostenía un pequeño reproductor de cassette con una mezcla de canciones que había escogido al verme bailar.

Me dijo que en lugar de bailar para los demás empezará a bailar para mí misma, que cuando hiciera eso entonces vería la diferencia.

No entendí porque dijo eso.

Pero le hice caso.

Dejé de bailar en el centro de la casa para hacerlo en una de las esquinas del patio, pasaba todo el día con los auriculares puestos escuchando las canciones del cassette mientras intentaba dejarme guiar por la música para hacer los pasos. Me di cuenta que me ayudaba a expresar eso que no sabía cómo explicar con mis palabras. Dejaba que el enojo, el miedo y la tristeza por no ser la opción de nadie se reflejará en la manera en que bailaba.

No me di cuenta que las personas me veían sino hasta que una de las personas a cargo de la casa hogar me dijo que lo hiciera en el pequeño escenario que utilizaban para los eventos especiales.  Ese día volví a ver a la mujer que me regaló el reproductor de cassette y diez días después esa misma mujer me adoptó.

Midnight Memories [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora