hazme caso

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Una vez Tian soltó la mano de la señora que debía de cuidarlo en medio de una multitud, él quería ir a ver un parque cerca de ahí, la señora casi muriéndose ahí misma fue arrastrada lejos del niño que casi corriendo fue a aquel parque.

Al llegar vio una gran junta de niños que las personas que lo cuidaban catalogaban como "flaites y maleducados", el solo era un niño curioso, así que se acercó a ver.

Desde su alto punto de vista, diviso una cabeza resaltante de color rojo y a un niño bastante más grande que ellos siendo golpeado sin piedad en repetidas ocasiones.

Se acerco a preguntar qué había pasado y justo su mirada se cruzó con la del niño agresivo de cabeza roja con un extraño corte corto.

- ¿qué mierda miras poste de luz? ¡¿AAH?!- el niño le dedico una mueca rara que a Tian le pareció muy graciosa.

No pudo evitar reírse.

Y el niño se le tiro encima.

Y comenzaron a pelear todos.

Quedo la caga.

Llegaron unos guardias y separaron a los niños, algunos tenían marcas de dientes, otros la ropa sucia y hasta rota, los más inteligentes no se cruzaron con Tian ni el pelirrojo porque ellos verdaderamente quedaron heridos y más que nada, sucios.

El guardia los reto hasta quedarse sin aire, y ellos solo fingieron escuchar por que el pelirrojo llamado Mo estaba ocupado alejando la traviesa mano de Tian que repetidamente le quería curar la mano, y a él no le gustaba el alcohol que hacía que su piel ardiera y mucho menos los parchiguritas que hacían que su madre se pusiera triste y hasta en ocasiones hasta hacerla llorar.

Luego de disculparse adecuadamente los unos con los otros les dieron helado, y como todos ya tenían sus amigos, y era la primera vez de Tian ahí, se quedó solo y sin lugar donde comer tranquilamente su helado de sabor frutilla.

Pero vio un columpio, y aun mejor que eso, estaba Mo en él, y si se acercaba podría curarle la mano que sin querer le paso a llevar hasta dejarle sangre.

Tian se sentó, tranquilo, sin apuro alguno mientras veía como Mo miraba hacia al frente sin darse cuenta de que estaba a su lado, ese niño era extraño.

-perdona lo de tu mano- le dijo, tomando su mano lastimada y tocando con suavidad sus nudillos, igual de rotos y con algunos parches.

-no te disculpes mierda, fue una buena pelea, me gustas- Mo acepto que su acompañante de columpio era bueno peleando y, de hecho, le agrado bastante tener a alguien que por fin se sentara con él.

- ¿qué es "mierda"? - Tian confuso, le ofreció cambiar su helado y el pelirrojo gustoso, acepto su helado de frutilla, después de todo no le gustaba lo ácido de la piña.

-no sé, mi papa lo decía antes de que se lo llevarán- dijo Mo, masticando su helado mientras le preguntaba a Tian como es que "mierda" le podía gustar el helado de piña si era ácido, no como el de agua que era más pasable según el

-A ya- Tian le dijo que una de las personas con las que trabaja su hermano le contó que, si comía piña, cuando mayor sería igual de querido que su hermano.

Mientras unos gritos de una mujer desesperada sonaban de fondo, Mo acepto que el "poste de luz" (apodado así solo por esa tarde) le curara su mano, chillo e intentó huir mucho, pero el más alto era rápido, y fuerte, no pudo más y solo se dejó vencer mientras hablaban de estupideces repitiendo siempre "mierda mierda" una y otra vez.

Poco a poco, o rápido, se fue acabando el tiempo de jugar, y ya era tarde cuando la amable mama de Mo llego a buscarlo, saludo al joven Tian, educado y amable según ella, y lo invito a comer.

Tian era un niño inteligente, y sabía que en la casa de Mo había un delicioso aroma a carne que no quiso evitar.

Así que paso a comer, y hablaron mucho.

Luego, sin avisar, el hermano de Tian llego al departamento de los Mo.

Y exigió que Tian bajara rápido.

Y se fue a su auto caro y negro esperando.

Tian se despidió de su amigo enojón y violento, tocándole la cabeza y acariciando su mano, y le beso la cabeza como la señora He hacia antes.

-espero verte otro día- dijo, antes de abandonar el departamento bajando poco a poco las escaleras-

-sí, otro día ven a jugar y te haré la mejor carne, mucho mejor que la de mi mama! - grito Mo, viendo a su único amigo que lo cuido y no se alejó, irse, haciendo eco con sus zapatos en las escaleras.

Cuando Tian llego, lo que vio no fue agradable.

Sus cuidadores llorando le gritaban que nunca volviera a hacer eso.

Y nunca volvió a ver a la señora que lo dejo irse.

Le contó todo a su hermano y a su padre, que con paciencia escucharon atentamente las palabras pequeño.

Esa tarde no fue aburrida ni particularmente olvidada, y Tian, ahora más grande y consciente se reía solo mientras tomaba la mano de Mo, comenzaba a hacer frió y lo noto en el pelirrojo.

Pero como buen "amigo" que era, no le dio ni su chaqueta, ni bufanda, nada.

En cambio, decidió que sería más gracioso verlo intentar bajar del columpio cuando estaba en su máxima altura, y efectivamente, fue gracioso.

A lo lejos, un viejo guardia de seguridad se rió al ver a 2 adolescentes haciendo estupideces, como el cuando era joven y tenía a su amor, antes de perderlo.

Esos viejos columpios seguían ahí después de tantos años, al igual que Mo, al igual que su madre, y Tian estaba muy agradecido de eso.



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