Padre-Hija

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Es el hombre que la cría,
el que con ella paseó,
mientras buenos momentos pasaron.

Es el hombre que la guía
por caminos nunca vistos,
haciéndole conocer la vida
y que en la infancia la acunaba
mientras historias narraba
y como niña pequeña reía.

Se sentía segura
en los brazos de ese hombre
que la cuidaba
y (la) cuida.

Esa niña creció
y en una niña más mayor se convirtió.

Ahora su papá no la acunaba
pero seguía narrando historias
y haciendo reír a su hija
que disfrutaba el momento.

Cuando la niña se dormía
su padre le tapaba,
porque en la habitación frío hacía
si no su hija se constipaba
y eso el padre no quería.

Mientras ella crecía
él veía su progreso
orgulloso de ella decía:
Hija mía con tu esfuerzo
serás alguien grande en la vida.
Aun que ya lo eres, él creía.

Durante la adolescencia
su padre se fijaba
como su hija se distanciaba,
saliendo más con las amigas.

Aun que él sabia que era lo normal,
esa época ya la había vivido (él).
No era nada anormal,
pero siempre añoraba viejos momentos compartidos.

Y mientras ella salía
(Ella) nunca olvidaba
las salidas con su padre
al que tanto quería.

Siguió madurando
y ya era una persona adulta,
mientras su padre envejecido
le sonreía con su sonrisa
al ver cuando ella tomó
a el hombre indicado,
con el cual se casó
y tuvo varios hijos
a los que con el mismo amor quiso.

Su padre no vivía en la pena
de no seguir viviendo viejos momentos, alegrándose por ella
por madurar, y como él le dijó:
Aprovecha la vida.

Ella nunca lo deja en el olvido,
porque siempre piensa en él
y él es feliz
se siente incluido,
incluso teniéndola lejos.
Porque sabe que sigue siendo su hija
su hija pequeña
y él nunca lo olvidó
y ella nunca lo olvida.

No se olvida, solo se borraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora