Capítulo 27

125 4 1
                                    

ZAYN

—¿Qué está pasando por esa cabecita?

La voz de Liam flotó a mis oídos. Retirando el cigarrillo de mis labios, expulsé el humo contenido y me giré sobre mi eje para encontrarlo a mi lado, observándome con curiosidad. Una botella de cerveza aferrada a su mano y su sonrisa brillante e inmutable ante el rastro de la marihuana. Si no estuviera mareado por el alcohol, me habría burlado de su falta de sensatez al optar por embriagarse en lugar de ejercitarse o preparase para volver a sus entrenamientos.

La semana había transcurrido tan rápido que apenas recordaba la última vez que pusimos un pie en el hospital. Para cuando el domingo llegó, Liam y yo acordamos descansar un poco de todo el ajetreo en su cabaña de verano. El castaño había mejorado con creces desde entonces; después de una semana, las magulladuras y las crueles punzadas de dolor se habían borrado finalmente de la faz de su cuerpo, pero aún se presentaba alguno que otro padecimiento que lograba incomodarlo. Sin embargo, eso no lo detuvo de intentar cortejarme a toda costa.

Por una parte, me sentía aliviado de que el chico se recuperara pronto y regresara a casa pero por otro lado, lo odiaba porque eso conllevaría a que su naturaleza de prostituto también se reactivaría, incluida en el combo. Al menos, desde mañana, retomaría nuevamente su rutina diaria. Él debía hacerlo más para su propio bien que por el mío, sabía que aún peligrábamos saliendo a la ciudad libremente. Ahora que lo pensaba, había sido imprudente de nuestra parte visitar la cabaña, nuestro refugio secreto, y aunque Greene no conociera aún esta zona de la ciudad, no quitaba la posibilidad de que pudo habernos rastreado desde que partimos de casa.

—Nada en particular —respondí sin interés. Él estaba medio ebrio, por lo que no debía tomarle tanta importancia, y yo estaba medio drogado, por lo que sería inconsciente de todo lo que haría en lo que restaba del día. Sonreí, como un idiota, a la nada—. Mi mente está dando vueltas por las nuevas noticias de Ray, ¿o es porque la marihuana me afectó tan fuerte? Estoy tan jodido que ya no tengo ni perra idea de lo que pienso.

—Eres tan adorable, pequeño —soltó una risita cantarina mientras le daba un nuevo sorbo a su bebida—. Aunque, debo admitirlo, me tomó por sorpresa que Ray despertara durante el turno de Niall. ¿Crees que le haya hecho algo para despertarlo del coma?

Encogiéndome de hombros desinteresadamente, apoyé mis manos detrás de mi cabeza y me recosté sobre la madera de la entrada de la cabaña. Observé el cielo, resplandeciente y frío por el invierno. El canto de los pájaros y el bramido de otros animales orquestaban una melodía de fondo, mientras le daba una calada a mi cigarrillo.

—El tiempo... supongo.

—Parece que nunca lo sabremos.

Él hipó y copió mi acción pero, a diferencia de mí, se dejó caer sin cuidado, apartando la botella a un lado. Mañana tendríamos que regresar a la universidad, a la vida normal, puesto que yo también me había saltado las clases para cuidarlo. Habíamos tenido suficientes vacaciones por ahora y agradecía que Liam ya no tuviera que usar muletas, de esa manera su madre creería con más certeza la excusa del campamento.

—Niall tiene razón —comentó a mi lado y, con un movimiento que no pude prevenir, me arrebató el cigarrillo de mi boca y lo aplastó con su zapato—, pareces una chimenea de fábrica cada vez que te pones a fumar estas porquerías.

Pese a que estuve a punto de acabarlo y me encontraba medio ido de este mundo, una parte de mi cerebro todavía estaba despierta. Mi cuerpo reaccionó por inercia, mi sangre hervía cada vez que alguien tomaba mis cosas sin mi consentimiento y peor aún, con el fin de destruirlas.

Lo fusilé con la mirada—. ¡¿Qué mierda...?!

—Lo hago por tu propio bien, deja esos vicios, Zayn —sus palabras se enredaban entre ellas pero la firmeza de las mismas aún se reflejaba—. Además, no puedes fumar estas mierdas cerca de mí. Es malo para mi organismo de atleta, ¿acaso quieres arruinar mi futuro?

Por Ti (Ziam) || Fears Of God #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora