Día 2: Maid

3.7K 561 182
                                    

"La desgracia lo persigue y él nunca fue un buen deportista"

¿En que momento se les ocurrió pedir un préstamo a Koko?

Aquella tarde Takemichi decidió salir de compras, el clima era perfecto para comprar un regalo a su novio.

Caminó a pasos lentos, varias tiendas lo recibieron con su mejores productos, sonrió al ver varias prendas de parejas, pero quería algo más significativo. Siguió recorriendo los diversos pasillos, subiendo y bajando escaleras, entrando a una que otra tienda. Hasta que llegó a una joyería y decidió comprar una pulsera, había ahorrado durante unos meses para este día.

Sus ojos brillaron al tener la pulsera en sus manos dentro de una cajita de regalo, guardó la cajita en su abrigo y empezó a caminar a un restaurante.

—La cuenta joven  —. La chica de cabellos cortos dejó una boleta en la mesa y sonrió para retirarse a atender otros clientes.

—No creo que sea mucho —se dijo para tomar el papel, una gota de sudor resbaló por su sien, rezó para tener el dinero suficiente.


Se dispuso a sacar su billetera.

Nada.

La mesera no dejaba de mirarlo, al parecer ya se dio cuenta que no tiene el dinero, quiere llorar, busca su teléfono y al hallar lo toma entre sus manos temblorosas.

2% de batería.

En definitiva este fue el peor día para salir, las lágrimas empiezan a asomarse, cuando siente una palmada en el hombro.

—Hanagaki —exclamó con una sonrisa Koko.

El rubio le sonrió con una mueca de preocupación, un pensamiento fugaz le vino la cabeza, tal vez koko podría pagar la cuenta.

—Koko puedes prestarme dinero —. Los ojos del azabache brillaron al darse cuenta que podría sacarle una jugosa suma de dinero a Hanagaki.

—Claro, pero necesito que firmes esto —. Sabrá Dios de donde sacó koko un contrato y un bolígrafo, el ingenuo chico de ojos azules lo firmó sin el menor cuidado y agradeció el servicio del azabache.

                           🍁

Takemichi se siente un completo idiota, maldita sea claro que lo es, como se le ocurre pedirle dinero a Koko el mismo chico que solo ve ganancias en todo. Podía jurar que los veía a todos como billeteras andantes.

—¿Por qué debo hacer esto Kokonoi?

—Porque me debes dinero Hanagaki

—Pero solo eran 500 yenes ¿cómo se volvieron 100 000 yenes?

—Matemáticas Hanagaki.

El rubio gimotea en su lugar, hay una espejo de cuerpo completo frente a él. No puede negar que el conjunto de maid se ve demasiado bien, un vestido corto que hace relucir su pequeña cintura y unas medias de red color negro que contrastan con su piel blanquecina, además de una cinta blanca amarrada a su delgado cuello.

—Deja de quejarte, es tu culpa por no leer el contrato. Ahora ve y se una buena maid.

Las delgadas piernas de Hanagaki envueltas en unas mallas negras parecen gelatinas, sus manos sudan e intenta motivarse para salir. Sus pasos son lentos y el sonido de los tacones resuena en el silencio del lugar.

El frío viento juguetea con su falda corta, camina hasta la recepción cuando siente la mirada de los clientes.

«Nunca más vuelvo a confiar en un pandillero »

Sus manos tiemblan, se aferra a la bandeja e intenta distraerse tarareando una melodía.

—Takemitchy, ¿Qué haces aquí? —. Esa voz, esa maldita voz tan inoportuna, ¿Por qué ahora? Esta seguro que alguien está conspirando en su contra. Que vergüenza.

Ese día Hanagaki dio su último suspiro antes de caer inconsistente sobre el suelo. Tal vez exagero, solo tuvo un casi infarto cuando sus orbes azulados se toparon con la mirada curiosa de Mikey a su lado Draken solo mira asombrado al rubio.

Los ojos de Manjiro recorren el cuerpo de Takemichi, sonríe con picardía.

—Estoy trabajando para Koko. —titubeó el joven de cabellos claros con las manos temblorosas, intento no hacer caer la bandeja.

Sano formó una pequeña "o" con los labios, las manos del rubio se movieron hábilmente para alcanzar uno de los mechones del cabello de su novio.

—Eres una bonita sirvienta Mitchy —, el poco espacio que hay entre sus cuerpos solo logra sonrojarlo.

—¡Hanagaki ve a trabajar y deja de coquetear con los clientes —vocifera Koko, con una vena resaltando en su iracundo rostro, su tiempo es oro y no puede permitir que sus trabajadores anden perdiendo su tiempo. A este ritmo el rubio tendría que trabajar durante meses.

Manjiro hace pucheros indignado por la interrupción y jala a Draken para sentarse en una mesa.

—¿Feliz? —pregunta mirando con ironía al azabache el cual lo ignora olímpicamente —Ahora si Mitchy que te parece si nos vamos...

Antes que termine la oración el azabache lo interrumpe.

—Hanagaki no se va hasta que pague su deuda.

— Ken-chin paga la deuda de Mitchy —. Manjiro no duda en ofrecer el dinero de su amigo y Draken solo se limita a ser un espectador e ignorar el berrinche de su rubio amigo.

—No pienso gastar mi dinero.

—No es justo Ken-chin todos están viendo a mi novio. Haz algo —lloriquea.

Las ganas de golpear a Manjiro crecen en su interior, esta a punto de darle un zape porque no deja de jalonear su ropa, cuando Takemichi susurra, tal vez si no estuviera tan cerca no habrían escuchado la voz del rubio.

—No tienes que obligar a Draken-kun a pagar mi deuda.

Mikey está apunto de alzar voz de protesta, pero un pequeño beso sobre su mejilla lo detiene.

—Acabo mi turno y nos vamos, ¿Esta bien Mikey-kun?

Los colores se le subieron después de realizar tal acto y volteó con brusquedad su rostro.

Manjiro sonreía como un tonto al ver a su novio con ese bonito conjunto y un gran sonrojo en sus mejillas.

—Esta bien, pero espero una recompensa por esperarte —. La mirada pervertida de Manjiro no le da seguridad a Takemichi — Ese traje te queda muy bien.

—La ropa me pertenece así que olvida esa idea Manjiro.

—¡Deja de meterte en nuestra conversación!

—¡No es mi culpa que hablen tan alto! Y deja de gritar o te voy a botar de mi cafetería.

Manjiro con la madurez que lo caracteriza empieza a imitar a Koko con una voz chillona.

—Listo se largan de mi cafetería.

—Sí yo me voy Takemitchy también —Manjiro no dudo en cargar a su novio y salir corriendo del lugar con Draken detrás suyo y un furioso Koko vociferando maldiciones.

🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁

Maitake week 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora