Capitulo 5- Fuego Fuego Y Más Fuego.

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Mientras Armand iba por sus cosas, yo me quedé ahí, esperándolo, sabía que mi padre no tardaría tanto en darse cuenta a lo mucho 2 horas, y en esas dos horas espero estar muy lejos.

Narra jhon
Me estaba lamentando por haber golpeado a mi hija, si "mi hija" mi mujer me engaño pero Astrid no fue producto de ello, mi hija tiene habilidades inimaginables, pero no por que su madre me engaño.

Hace mucho tiempo, muchos años antes de que ella naciera, fuimos con una hechizera a que predijera nuestro futuro, nos dio una protección, pero nos dijo que nuestra primogénita tendría habilidades inigualables, ella se encargaría de eso.

Y así fue, lamento no dejarla salir, pero es lo mejor por su seguridad, leyó mis planes de guerra, no puedo arriesgarme que se los cuente a nadie más, nisiquiera a su madre, ya que ella sigue enamorada de Jackson...

Sería derribar mi plan y que él se adelantara.

Así es, mi esposa está enamorada de él, aquel hombre que se dedica a crear llamas, lo más parecido al infierno.

Ambos juntos hacían una combinación perfecta, de todo lo bueno y malo, sin embargo, sus padres los separaron cuando eran jóvenes, y la comprometieron conmigo.

Llamaría y aclamaria a los dioses pero soy lo más cercano a un dios, mi esposa, mi hija, el otro reino y yo. Somos dioses de esta tierra, son pocos los que quedan afuera que no tomaron un bando, lamentablemente estamos 50/50.

Astrid, es lo más preciado que tengo, mi única hija, es complicada a veces, se parece a su madre en épocas de juventud...

No puedo negar que tiene mi carácter también, siempre siendo tan feroz, y arriesgada, pero eso podría causarle muchos problemas, más de lo que se imagina, afuera ya solo hay personas totalmente humanas, sin habilidades, y claro que podrían ver a cualquiera como un dios. Pero no si son de mi familia, mucho menos de la de Jack.

Trataré de hablar con ella...

NARRA ASTRID.

Cuando llego aquel chico que vivía entre las llamas, en un mismo infierno pero sobre la tierra.

Comenzamos nuestro camino lo más lejano que se podía, al caer la noche, una tormenta se acercaba, y con ella los relámpagos que iluminaban nuestro único refugio, el cielo, nuestros caballos y nosotros, éramos los únicos que atravesabamos aquel bosque.

Tan oscuro, pero tan pacífico, con una enorme diferencia a nuestros hogares, donde la gente nos temía, aquí éramos simplemente dos personas, montando en nuestros caballos bajo la lluvia, la cual hacía un sonido estrepitoso gracias a los estruendos.

Los caballos estaban alterados, pero no podíamos parar, no ahora, que seguramente nuestras familias ya se dieron cuenta que escapamos.

A lo lejos vimos una pequeña cabaña, deshabitada, con un par de ramas en las ventanas, entramos sin pensarlo, había un lugar para los caballos así que los atamos ahí para que no se fueran, aunque no lo harían, son fieles a nosotros de cualquier forma.

-Ashton, ¿crees qué nos encuentren?-no pude evitar preguntar con un tono de angustia.

-Espero que no - respondió de la misma forma.

-Realmente, espero lo mismo, no soportaría hundirme en la miseria bajo los mandatos del rey- respondí.

-Sabes... Nuestras familias nos educaron para pensar que éramos los peores villanos, que nuestras familias se separaron por un bienestar mayor, pero no entiendo, no pareces nada de lo que ellos contemplaron.- mencionó dudoso.

Entre los reinos del poder Donde viven las historias. Descúbrelo ahora