Capitulo 3- No Todo Es Lo Que Parece.

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Maldito egocéntrico de mierda.

-Sabes princesa, deberías volver a tu castillo-decía aún con esa sonrisa.

-Odio admitir que tienes razón-dije suspirando-nos vemos amm...

-Solo dime Asth- dice en un tono calmado.

-Y en si ¿cuál es tu nombre?-pregunto con curiosidad.

-Ashtor Armand- decía con fastidio-al parecer mis padres tenían gustos complicados.

-Mi nombre es Alessa Astrid - si si horrible-al parecer mis padres pensaron dos nombres distintos también.

-Bueno te llamaré Alstrid - Puso una sonrisa maliciosa en su rostro.

-Okay esa es nueva, la mayoría me llama Astrid - dije sonriendo.

-Bueno se supone que nos odiamos, por lo menos nuestras familias - dijo mirando hacia su reino.

-Sí, eso se supone - dije seguido de un suspiro.

-¿Tu me odias? - pregunto con un suspiro.

-No podría odiarte solo basándome en lo que dice mi familia, supongo que a los padres les gusta imponer su autoridad, creyendo que debemos ser iguales, o eso esperan - Dije con sinceridad.

Se acercó en su caballo hasta que llegó a mi lado.

-Es jodido, pero supongo que por el bien de los mismos, creen que debemos seguir sus mandatos, o por lo menos intentarlo - decía abrumado.

-Mi padre no me dejará el mandato, esta buscando a uno de mis primos, dice que una mujer no puede obtener tal mandato-dije con fastidio.

-Supongo mi padre no tiene problema, aun así deberían dejarte el reino, eres hija única - volteó con esos ojos azules, al parecer dejo de transmitir poder, por ende hice lo mismo.

-Ya veremos eso, ¿cómo se llama tu caballo? - la verdad necesitaba cambiar de tema.

-Beelzh- dijo mirando a su pura sangre-bueno realmente se llama beelzebuth, Pero digamos que beelzh es mejor.

-Vaya, el mio es rough no preguntes porque, simplemente se me ocurrió - decía mirando a mi caballo.

-Bueno, por lo menos no se odian, ¿Por qué viniste? - pregunto.

-Me gusta venir, es un lugar tranquilo, además alejarme un poco del hielo no me hace mal-dije

-Bueno, pues alejarse de las llamas tampoco-soltó una carcajada.

-Bueno Asht debería irme, mi padre querrá que cene con ellos - decía nuevamente transmitiendo mi poder hacia rough.

-Gusto conocerte Alstrid - dijo

-Igualmente, querido demonio.

Me fui alejando, es un chico bastante atractivo, de mi parte es momento de que sepan como luzco.

Cabello castaño, ojos color miel con un toque de violeta, no muy alta, nariz respingada, en fin facciones de la nobleza.

Al llegar a casa me dispuse a cambiarme por un vestido más adecuado para la cena, bastante lindo, con un color azul y detalles en color negro.

-¿Dónde estuviste Astrid? - preguntó mi madre con delicadeza.

-Ya sabes madre, montando un rato- dije con el mismo tono.

-Deberías centrarte más en quedarte en casa, Alessa. - decía mi padre con un tono seco.

-No hay más que hacer, padre sabes que siempre estoy al tanto de mis deberes, eh leído cada libro de la biblioteca, y aprendido los idiomas que haz querido, creo que merezco un momento de Descanso- dije levantando mi tono de voz.

-Basta Alessa, retírate de la mesa, deberías comportarte más a la altura - Dijo molesto

-Deberías tomar en cuenta que soy tu hija, no soy un sirviente para hacer cada cosa que ordenas - Dije de la misma manera.

-¡LO ÚNICO QUE HACES ES DARME DOLOR DE CABEZA! - grito molesto.

-Sabes, algún día estaré lo suficientemente lejos, para dejar de darte "dolor de cabeza", el día que veas que eso sucedió, vas a rogar que vuelva a casa, porque construire mi propio reino jhon - dije retirandome de la mesa.

-Jamás podrías tomar el papel de reina, simplemente eres débil para ello - Dijo como si nada.

-Débil... Padre el día, que de verdad veas todo lo que puedo enfrentar, desearas que te perdone, y tu madre, lamento que seas tan sumisa ante este hombre, juro no enamorarme - Dije caminando cada vez más lejos.

Al entrar en mi habitación maldije una y otra vez a mi padre, siempre con sus ideas...

Me puse un camisón, y recosté sobre mi cama, y caí en los brazos de morfeó.

NARRA ARMAND
Me sorprendió lo linda que es Astrid, educada y amable, nisiquiera parece hija de jhon, admito que mi padre, también tiene su carácter, sin embargo, mi madre y yo lo conocemos, y detrás de esa máscara, se esconde un hombre amable y muy alegre, aun así es juzgado por demonio.

Al llegar, cene con ellos, mi padre no se veía muy alegre, y mi madre, tenía un morado en su mejilla...

-Madre, ¿Qué sucedió? - pregunté con preocupación.

-No es nada hijo-Dijo mi madre restando importancia.

-Creo que deberías dejar de hablar en la mesa Ashtor - mencionó mi padre.

Sentí que mi sangre hervía, había sido él carajo.

-¿Por qué lo hiciste? - pregunté apretando la mandíbula.

-Las mujeres deberían aprender a cerrar la boca, y complacernos como hombres hijo mío - dijo con simpleza.

-Y tu deberías aprender a tratarla bien, o por lo menos a no hacerlo visible-Dije furioso.

-Hijo, algún día sabrás cómo es esto - dijo

-Juro no enamorarme, no quiero terminar siendo un demonio - dije retirandome de la mesa.

-Lamentablemente, esta en tu sangre hijo mío - decía de lo más normal.

-La sangre no significa nada, soy consiente y puedo tomar decisiones, sin necesidad de parecer un demonio-dije.

Por lo menos, espero la familia de Astrid sea armoniosa...

Entre los reinos del poder Donde viven las historias. Descúbrelo ahora