Capítulo 12.

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''Cuarenta por ciento'' —17 Años.

—Enamorarte será más fácil de lo que pensé —me dijo Valentina mientras nos sentábamos en una banca vacía que encontramos.

Hice esfuerzos sobrehumanos para no retractarme de la decisión que había tomado.

Valentina había velado por mí desde los ocho años, diez años cuidándome sin que yo me diera completamente cuenta.

Podía dejar que ella intentara conquistarme hasta la boda, además ya tenía cierta parte ganada, como un 30% de mi amor.

—Nunca te subestimas —le respondí.

Hacía un frío horroroso que me obligaba a mantenerme cerca de ella.

—No es eso. Es que el simple gesto de quedarte a mi lado me hace feliz y comienzo a creer que de verdad me quieres.

—Yo si te quiero... el problema es que no te amo —a pesar de mis palabras, no dejó de sonreír. Entrelazó nuestras manos y acarició mis dedos, se sentía culpable.

—Ya lo sé —se limitó a decir. No solté su mano, ahora que estábamos solas había menos presión, además siempre contaba con Valentina como guantes sustitutos.

—Me aburro... —murmuré.

—¿Quieres algodón de azúcar?

Asentí y nos levantamos para ir a comprar. En todos los lugares del parque había fila, nada se salvaba.

Nos colocamos detrás de una chica morena. Y esperamos.

—¿Qué harás si no logro enamorarte? —me preguntó Valentina de pronto.

La miré a los ojos y algo me decía que temía de mi respuesta.

Podía ver el dolor anticipado y era insoportable. No, jamás podría hacerles daño a ojos bonitos ¡Jamás!

—Presiento que lo lograrás —sonreí para darle ánimos, podía odiarla, pero era incapaz de negar a aquella parte de mi ser que la anhelaba.

Apretó más mi mano y tiró de mí hasta hacerme chocar con ella. Besó mi cabello y me abrazó.

¿Acaso quería matarme o ya había comenzado con el plan "Enamora a Juls"?

—Te amo, no lo olvides —y ahí íbamos de nuevo.

—¡La pareja feliz, ya es su turno! —me zafé de Valentina cuando la chica morena que estaba delante de nosotras nos gritó.

Mientras comprábamos la chica no dejó de mirarnos.

—¿Se te perdió algo? —me sorprendió escuchar el tono ácido de Valentina en su voz, parecía casi enojada.

—¿Ella es tu novia? —le preguntó la chica sin inmutarse por la clara amenaza de Valentina.

—¿No te lo parece? —le dijo Valentina en el mismo tono. Me estaba asustando.

—No, porque ella no dijo que te amaba, incluso parece incómoda a tu lado.

—No es tu asunto.

—Sí lo es, porque si ustedes no son novias eso significa que ella está soltera.... Y resulta que yo también lo estoy.

Después todo pasó como un relámpago.

La chica comenzó a reír mientras comía algodón de azúcar Valentina se fue contra ella, pero la esquivó, la chica en lo que huía de Valentina se tropezó conmigo y yo caí al suelo.

Me golpeé la cabeza y lo único que pude ver durante cinco minutos fueron puntos negros sobre el cielo gris.

—¡Juliana! —gritó Valentina.

Marry me | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora