Death Wish ⇝ (GAY +18)

"Puto enano navideño"

— ¿Q-Qué?— titubea con la mandíbula desencajada

Sus pulmones han dejado de coger aire. La mirada fija y seria del beta hace que Oliver ni se plantee la posibilidad de que sus palabras tengan un doble sentido o simplemente estén de broma. Esto va en serio, y no es capaz de asimilarlo.

— Piénsalo. Al ser el único que se encargue de él tu remuneración aumentará...— palabras seguras y honestas—Aumentará casi al doble. Por tu parte del trabajo y el de tu compañero.

A Oliver el dinero no es lo que más le está convenciendo ahora mismo. Mira a su alrededor y ahora que tiene tiempo para fijarse, se da cuenta de que todo está patas arriba. Muebles descolocados, latas de sustancias desconocidas goteando en la alfombra, bolsas de comida chatarra hechas bola al lado de una papelera que supone ha sido utilizada como canasta de baloncesto.

Y luego vuelve su mirada hacia el alfa. Eros. Que lo mira fijamente como si buscara incomodarlo y provocar todavía más nerviosismo en su estómago revuelto. El omega no le tiene miedo a la suciedad, a las heridas ni a las agujas, pero ese boxeador... ¿Cómo es posible que los rugidos que se escuchaban en la noche que lo trajeron salieran de ese cuerpo humano? Traga saliva. Definitivamente no le gustaría tener que volver a oír esos espeluznantes bramidos animales estando presente.

— Yo... No estoy seguro, creo que sería mejor que una persona más cualificada se ocupara de él— articula después de mantener la mirada fija sobre los orbes del alfa, ahora solo ve el negro intenso del rubio evaluando su respuesta

— ¿Por qué no tú?— el llamado Eros interrumpe al beta cuando está a punto de hablar

Oliver está seguro de que ni siquiera le interesa la respuesta, es más, en su voz puede distinguir una clara intención de burla camuflada de interés. Es como si ese alfa ya supiera que la elección que el omega ha tomado ha sido completamente manipulada por sus ojos atentos e intimidantes, y ahora que ha ganado el combate quiere darse la satisfacción de humillar y jugar con su presa. Menudo engreído. ¿Todos los boxeadores son así de pretenciosos?

Ojalá poder callarle la boca. Ojalá. Pero no.

— No soy lo suficientemente organizado— agacha la cabeza. Vuelta a esos zapatos negros bien pulidos del rubio

— ¿Qué te hace pensar eso?— Jared inquiere

— A veces se me olvidan algunas cosas, y no me gustaría perjudicar la recuperación de alguien tan famoso por un error mío— encoge los dedos de los pies, está empezando a entrar frío por la ventana

— ¿Quieres más dinero?— la propuesta sorprende a Oliver— Si quieres, podemos arreglar...

— No— contesta casi al instante

Esto está empezando a ponerse raro.

— Bueno, ya es suficiente— Eros brama, y el cuerpo de Oliver se tensa como un témpano de hielo al ver al alfa levantarse—Escúchame bien, puto enano navideño

El beta dice algo que no consigue escuchar cuando la mano enorme del pelinegro se ha enroscado en su cuello. Todo empieza a volverse inquietante, desde la iluminación de la sala hasta el olor pesado de la atmósfera. Esto ya no es seguro.

El alfa gruñe las palabras una por una.

— Como ni Jared ni yo sabemos qué coño piensas hacer realmente con lo que viste en el baño, vas a quedarte donde podamos ver y controlar todos tus movimientos hasta que digamos que te puedes ir, ¿entendido?— el azul de sus ojos ahora es oscuro como el ónix

Oliver tarda unos segundos en darse cuenta de que sus piernas han perdido toda la fuerza con la que contaban y, más tarde, empieza a sentir que los dedos le escuecen de lo fuerte que está apretando la muñeca ancha y dura del boxeador. ¿En qué momento ha puesto sus manos ahí? Las aparta de inmediato.