Carpe Diem - MewGulf

Capítulo 8

MEW

Gulf ha estado genial en la gala, muchos de los hombres que conocen mi forma de vida me preguntaron por él, algunos querían saber si era mi sumiso y si no lo era querían serlo ellos. Otros, los más listos, se dieron cuenta de que Gulf era mío y me dieron la enhorabuena. Yo me siento literalmente en una nube, todavía no ha accedido a tener un contrato conmigo, pero nuestro encuentro en el baño ha sido tan intenso y placentero que no puedo esperar a llegar a casa.

Estamos dentro de la limusina y no puedo dejar de mirarlo, siento su ropa interior en el bolsillo de mi chaqueta, sé que no viste nada dentro de sus pantalones y eso hace cosas raras en mi entrepierna.

—Señor... — oigo la voz de Gulf que me saca de mis pensamientos.

— ¿Sí?

— ¿He estado bien? — me pregunta con la esperanza pintada en la cara.

—Gulf, has estado más que bien, estoy orgulloso de ti – le digo pasando mi mano por su cara.

—Me lo he pasado muy bien, gracias por llevarme a esa gala – me dice con sinceridad.

—Gulf, ven aquí – le digo indicándole mi regazo.

Él se acerca a mí y se sienta sobre mis rodillas, enseguida mi polla salta de alegría y Gulf se da cuenta de lo excitado que estoy. Aprovecha para vengarse un poco y se restriega contra mí haciéndome ver que solo se acomoda.

—Gulf – le advierto.

— ¿Puedo ayudarte con algo señor? – me dice pasando su mano por mi notable erección.

—No lo sé, el tiempo es limitado – le contesto.

—Entonces deberías alargarlo un poco, señor – me responde.

Toco el botón del intercomunicador que me comunica con el chofer, le digo que coja un camino largo para llegar a casa y dejo que Gulf se siente en su sitio otra vez.

— ¿Cuánto tiempo hemos ganado? – me pregunta.

—Quizá quince minutos, pero es más que suficiente para lo que tengo en mente, desabrocha mis pantalones y sácala Gulf — le ordeno.

No se lo tengo que repetir, abre el botón y la cremallera y mete su mano para dejar libre mi erección. Después me mira esperando más instrucciones, es perfecto y aprende muy rápido.

—Cómetela pequeño — le pido y él obedece al instante, joder este chico acabará matándome.

Su boca es tan deliciosa, todo él lo es, no me extraña que todos los dominantes de esa fiesta estuvieran dispuestos a firmar un contrato con él.

—Precioso, ve despacio, voy a dejar que me calientes de camino a casa, pero cuando te diga que pares, hazlo. No quiero correrme en tu boca y estropear los planes que tengo para esta noche, ¿lo has entendido? — le ordeno.

—Sí señor — me responde dejando que mi polla salte de su húmeda boca. Atrapo mi erección con la mano y la guio otra vez entre esos labios carnosos que son mi debilidad. El placer que recibo cuando la llevo todo el camino hasta su garganta es espectacular. Sigo entrando y saliendo suavemente, en un momento la entierra hasta el fondo y traga saliva haciendo que su garganta atrape mi glande, es una sorpresa muy gratificante y no puedo evitar gruñir de placer.

Siento que mi orgasmo está cerca, mis pelotas se aprietan y un cosquilleo agradable se instala en mi bajo vientre.

—Para Gulf, eres demasiado bueno, ya casi hemos llegado — le digo besando sus labios hinchados y rojos por la mamada más estimulante que he recibido nunca.