¿Podemos? [TaeSoo]

❦¿Sí podemos?❦

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Tanto TaeHyung como JiSoo consideraban que, para poder resolver las cosas entre ellos, ambos debían tener el tiempo necesario como una comunicación de calidad. Y es que las discusiones o problemas no podían arreglarse solo con palabras vacías y frágiles, las cuales únicamente almacenarían sentimientos que nunca pudieron entender y los lastimaría tarde o temprano.

No, aquello jamás estaría entre sus opciones.

—Cariño...— murmuró el de hebras doradas, sin embargo, una adormilada JiSoo apenas se movió, abriendo sus bellos orbes de miel muy sutilmente. TaeHyung, al verla hecha una bolita blanca, suelta una risa suave y se acomoda mejor a su lado, abrazándola con cariño y acurrucando su carita trigueña en su hombro desnudo, aspirando así la dulce fragancia que desprendía el cuerpo de su esposa —. Estás cansada, tranquila. Mañana hablaremos, Chu, te amo.

La castaña apenas asiente, acoplándose a la calidez del cuerpo masculino y cerrando los ojos de nuevo. Desde hace buen tiempo se había sentido demasiado cansada, y ni hablar de los pequeños mareos que había experimentado, definitivamente desvelarse muchas noches por los cierres de notas de sus estudiantes le estaba costando.

Y bueno, Kim JiSoo sabía muy bien que, si no corregía aquel hábito suyo, TaeHyung terminaría por hacerlo, regañándola con su adorable ceño fruncido y puchero molesto que hacía derretir su corazón. De verdad que su esposo parecía un tierno osito de miel preocupado siempre por ella.

—Yo también te amo, Tae.— susurró ella entonces, sintiendo los cálidos labios de su esposo sobre los suyos, formando un beso suave y corto para luego caer rendidos en el mundo de los sueños.

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La mañana había llegado y pasado tan rápido, que JiSoo soltó un suspiro feliz al dejar de trabajar y ahora sentir los rayos dorados del sol sobre su blanca piel, iluminando sus cabellos castaños y acariciando su rostro, mientras disfrutaba con Hobi una pequeña (grande) tarta de fresa. Ese día TaeHyung trabajaba casi hasta la noche, así como también el novio de Hoseok, por lo que ambos aprovecharon su tarde para hablar.

—¿Entonces aún no lo solucionaron?— pregunta el pelirrojo, haciendo que JiSoo se encoja de hombros y coma más de su postre, hasta ella se sorprendía del poco tiempo que ambos habían tenido para hablar.

—Probablemente lo hagamos hoy, no podemos extendernos más, eso también es negativo.— explica, ganándose el suave asentimiento de su vecino.

—Es lo mejor, JiSoo. Después de todo, TaeHyung y tú deben seguir haciéndolo para traer a una mini-Chu o mini-Tae a este mundo tan feo. El sexo cuando están enojados no es tan placentero.

—¡Hey!— se queja la castaña entre risas, haciendo que el pelirrojo la imite. Pero en serio, Hobi de verdad moría por ver cómo serían los bebés de esa pareja de esposos. Tae era muy apuesto y JiSoo hermosa, está seguro que la belleza de sus hijos lo dejarían ciego.

Y eso que él es un sol.

—Lo siento lo siento— pronuncia el muchacho, dibujando en su rostro una radiante sonrisa —, pero dime, ¿con cuántos doctores han tratado ya?

—Bueno...

—¿No han ido con un doctor para comprobarlo?— pregunta entonces sorprendido, viendo como la bonita castaña jugaba con la manga de su suéter, nerviosa.

—Es que... me da miedo que me digan que no puedo concebir.— suelta JiSoo con voz bajita, causando que el pelirrojo se levante exaltado.

—¡Pero Chu!