Prólogo

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Esta no es una típica historia de amor donde dos personas se conocen, se enamoran a la primera cita, se toman de las manos mientras salen a caminar y viven una relación de comercial. Donde cada beso te hace sonrojar, donde cada mirada es dulce. Donde hacer el amor es lo mejor que te puede pasar y disfrutas de estar en cercanía a esa persona e incluso tal vez no tener sexo peor disfrutar de dormir a su lado.

Eso es mentira. Lo sé bien, siempre soñé con una relación de ensueño y cuando llegó termine destrozada y sin esperanzas de poder volver a amar. Sin embargo llegó el segundo, un niño interno  literalmente, con una apariencia infantil que estaba por entrar a la universidad y solo vivía de alcohol, estudió y familia. Salíamos a escondidas, solo como dos amigos que el destino había juntado. Había sido difícil por mi parte, apenas y le di mi número de teléfono, él era tan abierto y transparente que me dejó cautivada al instante, sus hermosos ojos verdes guardaban una admiración cada que le contaba sobre algunas cosas sobre mi trabajo.

No todo fue bueno. El desastroso amor tocó nuestras puertas y la realidad nos azoto como una marea oscura que nos ahoga en un mar hondo. En su décimo octavo cumpleaños las revelaciones nos tomaron por sorpresa durante la noche de Luna llena y sin poder evitarlo te bese justo en los labios. Tu familia no estuvo contenta, claro. Una mujer adulta, madura, independiente...saliendo con alguien tan joven que acababa de cumplir su mayoría de edad.

Todos creían que me aprovechaba de tu inocencia solo para follar o cosas retorcidas como un fetiche hacia los menores.

¡Yo no pedí que llegaras a mi vida!. ¡Yo no pedí que me enamoraras con esos estupidos ojos verdes llenos de amabilidad!. ¡No pedí que tus perversiones infantiles acelerarán tu corazón, no que tus abrazos me calentarán en las noches de frío!. No lo pedí...

¿Por qué debo de ser señalada?, comprendo bien el porqué del miedo de tu familia. Estoy segura de que mis hermanas te habrían sacado a golpes de mi casa si yo decidía salir con alguien mayor, pero yo nunca quise conocerte, nunca quise enamorarme de ti. Solo quería una vida tranquila y solitaria, compran un gato, un perro, ¡un cerdo incluso!

Pero no enamorarme de alguien menor a mi. No podíamos no salir a la esquina cuando me gritaban asalta cunas o pedofila. Ya eres mayor de edad, ya sabes el desarrollo futuro social que nuestra relación te trae...¿¡por qué no te apartas de mi!?

Por los dioses, no se que hago con mi vida. Me duermo cómoda en los brazos de un joven, no puedo dejar de admirar a alguien que considero mi niño, mi pequeño bebé amarillo. De hacer reír a aquel que me alegro mis días. No puedo evitar enojarme con  alguien que aún tiene una mente infantil. Sentirme culpable de tus lágrimas... odiar cuando te hago sentir mal. Nuestras mentes no son iguales mi lindo bebé, son diferentes  totalmente y aún así henos aquí. Metiendo tus maletas cuando decidiste salirte de tu casa al no soportar el rechazo de tus padres ante nuestra relación

Al fin de cuentas. Esto es cuestión de edad...

*

—¡Ellie! ¡Ayuda! —

—Mierda... —susurro dejando de lado la dramática carta que estaba escribiendo para desahogarme un poco y salir de mi asiento—¿Qué? —grite alto pero solo escuche un fuerte maullido y un golpe que me hizo salir corriendo de la habitación

—¡Hawk ha vuelto a atacarme! —grito como si alguien estuviera por matarlo y luego scu he como el pequeño gato le gruñia—¡Gato malo! —

—¡Miaaaaauuuuuu!—

—¡Gyaaaaaaaa ayuda elizabeth ayuda! ¡Me quiere matar! — Baje solo para encontrar a meliodas forcejeando con el gato que no dejaba de arañar lo y ver como este tropezaba con una mesita cayendo al suelo entre gritos infantiles, solo para correr, aventar a el gatito a el sofa y aferrarse de mi cintura mientras se escondía detrás de mi fulminado al gato—Aléjate alimaña—No pude evitar reír ante esto. Si...todo era cuestión de edad

Cuestión de edad (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora