- La cosa no es que no quiera que nadie me cuide -añadió, corrigiendo lo dicho hacía un momento tras su espalda- Es que no quiero que un hombre como tú me cuide.
El aire se hacía más denso.
Taehyung se gira de medio lado, dejando ver una mitad del...
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Su respiración se volvió aún más errática al bajar de aquel escenario en donde él era el centro de atención de todos los expectantes aquella noche.
Pero en vez de alegrarse porque es la primera vez que toca esa obra en público y fue espectacular, no puede dejar de sentirse más nervioso que antes. En el salón que se hacía pasar por un improvisado camerino, Hoseok lo esperaba con los brazos cruzados sobre su pecho.
- Joder, Taehyung, te salió mejor de lo que pensabas -Jung Hoseok, con una espléndida sonrisa, se levanta de su asiento para dirigirse al boquiabierto muchacho que acaba de entrar con el estuche de su saxofón.
Hoseok lo conoce mejor que nadie. Sabe que su amigo no piensa en lo bien que lo ha hecho.
- Taehyung, ¿pasa algo? -trata de llamar su atención, mas no recibe más que una mirada perdida que atinaba a mirarlo, pero era una atención vacía que fingía hacer caso a sus llamados cuando en verdad estaba perdido en su propio mundo.
¿Por qué estaba Jungkook ahí? ¿Por qué lo miró como si esperara algo a cambio? ¿Por qué susurró su nombre de esa manera? Y lo más aterrador, ¿lo pudo haber confundido con el Taehyung que odia o al que idolatraba secretamente?
Por favor. Por favor...
- Él está aquí...
- ¿Quién está aquí?
Y entonces ya cayó por completo en el lugar en el que estaban. Con un Hoseok queriendo escuchar una explicación convincente de quién era esa persona a la que se refería, Taehyung negó con la cabeza, dirigiéndose unos pasos en donde un mostrador largo con un espejo ancho servía de soporte para colocar su instrumento.
- Taehyung, ¿me vas a ignorar? No seas tan mal amigo. Respóndeme -espeta ya enojado su amigo, quien se cruza de brazos en espera de una respuesta que tarda en llegar por parte del menor.
- No jodas más, Hoseok. ¿Quieres ayudar en algo? Sacude el polvo de mi estuche -contesta con la mirada fija en el reflejo del espejo. Sentándose en un asiento giratorio, se dispone a revisar cada detalle de esas facciones que una hora antes no estaban tan sudadas como ahora.
- Claro, el trabajo para tu pobre asistente.
No le hace mucho caso a Jung Hoseok, pues piensa que es mejor ocupar ese tiempo en alcanzar la bolsa de maquillaje que utilizó antes de la presentación. ¿Por qué quiere aplicar otra vez color en sus párpados si todavía era visible una mínima pizca de color en éstos?
Es porque quiere impresionar. ¿A alguien en específico? No, no planeaba mirarlo más de cerca cuando sabe cómo va a acabar. Quiere protegerlo de él mismo. Pero siente que no es capaz de cumplir sus propias indicaciones. Estando sentado frente al espejo aplicando una nueva marca de cosméticos que últimamente eran sus preferidos, seguido por la mirada intrigante de Hoseok que se dedicaba a nada más que apoyarse en el borde del mostrador a su lado.
