— Le prometemos que no volverá a pasar director Williams — dijo Nathalie con una sonrisa cuando el señor de unos cincuenta y tantos que estaba frente a ellas, les explico cómo se trabajaría con Aria ahora que sus calificaciones habían bajado.
— Solo es cuestión que ponga de su parte señorita Johnson — sonrió a la menor y después de dedicó una sonrisa amable a la pelirroja.
— Claro, ¿Ya me puedo retirar? — Contesto sin ganas Aria, pues desde que había entrado a la reunión con el director sobre su estatus escolar como tema principal, supo lo aburrida que sería, y más si todavía seguía sin llevarse con la mujer que estaba a su lado.
— Claro, espero que le haya quedado claro las condiciones de trabajo señorita, este es un caso especial, y sobre todo porque su abuelo el señor Johnson se puso en contacto conmigo cuando supo su estatus — volvió a sonreír el mayor y Aria se puso de pié.
— Gracias — musitó y tomo su bolso para salir de ahí.
— Vuelvo a repetir que gracias — dijo está vez Nat poniéndose de pié, para salir a la par de la menor, por lo que el hombre mayor se apresuró a abrir la puerta para que ambas mujeres salieran, no sin antes tomarle la mano a Nat y dejarle un beso en su dorso, tomándola desprevenida, si no fuera porque estaba siendo un agente encubierto y tenía que aparentar ser una "niñera" como le decía Andy, ya lo hubiese noqueado.
Nat dio una sonrisa asqueada y salió a lado de Aria, la cuál no dudo en disimular una mueca de molestía.
— Que horror — se quejo Nat cuando limpiaba su dorso con una toallita húmeda que sacaba de un paquete que tenía en su bolso.
— El director quedó fascinado con tus piernas que no dudo en darme una segunda oportunidad — Aria rodó los ojos mientras caminaba por los pasillos de la escuela.
— ¿Acaso estás celosa? — dio una sonrisa de lado la mayor.
— No — contestó secamente — solo si no hubieses traído ese vestido ajustado no te hubiese estado comiendo con la mirada ese imbécil — dijo tensa.
— Si estás celosa — volvió a decir la pelirroja.
— Ya te dije que no — repitió Aria.
Nat quiso contestarle pero una voz conocida les habló sorprendiendo a ambas haciéndolas voltear a su orígen.
— Hola — Tayler sonrió para ellas y Aria se tensó haciéndole sentir un escalofrío recorrer su espina dorsal.
— ¿Que es lo que quieres? — Nat miro de reojo a la rubia que mantenía una mirada nerviosa, lo cual podía jurar que su frecuencia cardíaca había aumentado al igual que su frecuencia respiratoria.
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— Solo saludaba, hace mucho que no te veía rojita — dio un paso más cerca hacia Aria pero está retrocedió al mismo tiempo — en fin, nos vemos — sonrió maliciosamente y quiso volver hacercarse a la rubia pero Nathalie fue rápida y se interpuso en su camino, lo cual no le quedó más remedio que darse la media y marcharse.
