2.

123 25 3
                                    


- Oye, Aro...

- Dime - Dijo la alfa de cabello rubio sin apartar la mirada de su monitor.

Rubius se removió sobre su asiento antes de responder con el tono más casual que le fue posible formular. - Tú... ¿Estás segura de que todos los que trabajan aquí son alfas?

- Uh... - El ceño de la alfa se frunció. - Si no mal recuerdo sólo hay una chica que hasta la fecha no se ha presentado... Alexa, creo que así se llama - Al ver la mueca del contrario, Aroyitt decidió seguir hablando. - Pero tranquilo, está bajo supervision constante, Merlon se encarga de ello...

- Ya, entonces... ¿Nada de betas u omegas?

- Nada de betas u omegas - Aseguró apartando por completo su atención de la pantalla. - ¿Por qué? ¿Has notado algo diferente?

El peliteñido mordió la parte interna de su mejilla, no sabía hasta qué punto podía fiarse de la menor pues además de ser su prima, Aroia también era la encargada de todo lo administrativo en casa desde hacía un par de años, por lo que no podía arriesgarse de esa manera.
Y mucho menos, arriesgar a cierto chico de orbes amatistas.

- No, no he notado nada raro - Explicó - Oh bueno... Me pareció ver que durante la cena Luzu y uno de los empleados se miraban de una forma... Diferente ¿Sabes? - Hizo una pausa. - Pero supongo que sólo fue mi imaginación...

La alfa de orbes olivo rio nerviosamente. - Sí, si... Seguramente fue eso - Masculló. - Sería una locura que Luzu esté interesado en alguien así, a mi tía le daría un ataque - El contrario asintió.

- Y qué lo digas... Ni siquiera conmigo es tan dura como lo sería si su hijo prodigio le fallara

- Seguramente lo desheredaría - Rubius rio asintiendo

- A veces me siento mal por él... Debe ser una putada tener que ser el hijo perfecto siempre - Masculló con cierta pena.

- ¿Te gustaría estar en su lugar? - Rápidamente el peliteñido negó.

- ¡Ni de coña!

Una carcajada escapó de la alfa. - Menos mal, seguro que llevas esta familia a la ruina... - Añadió con burla, el contrario le dio una mala mirada antes de tomar un cojín y lanzárselo a su rostro. - ¡Hey!

Rubius rio jocoso mientras la observaba. - Tú fuiste quien empezó

Aroyitt gruñó antes de levantarse y tomar el mismo cojín entre sus manos. - Ya verás... - Amenazó, y seguido de eso, una guerra de cojines, almohadas, y demás objetos comenzó entre ambos alfas.
Todo habría estado bien, de no ser porque minutos más tarde, la puerta de la habitación fue abierta abruptamente.

- ¿¿Pero qué coño hacéis??

Las risas se detuvieron en seco al notar al recién llegado.

- Luzu...

El alfa castaño caminó hacia el interior de la habitación con el ceño fruncido. - ¿¿Quieren dejar de comportarse como un par de niños?? - Les recriminó, sin importarle que ahí estuviera su hermano menor y llevara años sin verlo.

- Aroya, espero que ya tengas los documentos que te pedí... - Dijo esta vez observando a la rubia, quien bajó la mirada apenada. El castaño puso los ojos en blanco antes de observar finalmente al otro alfa. - Y tú, Rubén... Parece que estos años fuera de Karmaland no te han servido de nada... - Masculló con recelo. - Sigues siendo el mismo chaval infantil e inmaduro de siempre... No sé ni siquiera porqué estás aquí

A pesar del potente olor a vino que desprendía el mayor, el alfa mencionado no apartó la mirada. - Gracias, Borja... A mí también me da gusto volver a verte - Dijo sarcástico, sabiendo que eso provocaría más al contrario. - Y no lo sé... No sé qué hago aquí - Espetó con fingida inocencia. - A no ser...

𝕊𝕖𝕔𝕣𝕖𝕥 𝕝𝕠𝕧𝕖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora