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- ¡Hey, Jesús! Por ahí no van esas sillas, llévalas al otro lado... No, esos arreglos no pueden estar ahí... ¡Porque por ahí pasan los novios, hijo mío! - La alfa suspiró. - ¡Es que de verdad! ¡Todo debo hacerlo yo! Me dan ganas de agarrarlos y...

- ¿Ocupada? - La jocosa risa de cierto peliteñido hizo que las palabras de la chica se detuvieran. Aroyitt se giró de inmediato hacia el recién llegado.

- ¡Rub! No puedo creer lo que estoy a punto de decir, pero... ¡No sabes cómo me alegra verte!

- ¡Eh!

- ¿¿Puedes creer que mi tía me dejó toda la organización a mí?? - Espetó indignada. - Estoy a un pelo de quedarme calva...

Rubius asintió divertido. - Sí, eso puedo notarlo...

- Como sea... Ya que estas aquí ¿podrías hacerte cargo un rato?

- Ehh yo...

Sin dejarle hablar, le entregó una lista al contrario. - ¡Gracias! ¡Sabía que podía contar contigo! - Rubius la miró incrédulo. - Iré a ver cómo va Alejandro... Si yo estoy por arrancarme los pelos no quiero ni imaginar como estará el pobre... ¡Ya vuelvo!

- ¡Oye pero yo no... - Exclamó, más la rubia desapareció rápidamente de su vista. -...no sé nada de bodas ni organización - Completó en un murmullo. - Joder... Si esto queda mal no será mi culpa

"Es increíble que ni en esto puedas ayudar"

Rubén gruñó, odiaba cuando aquella vocecilla sonaba en su cabeza; era como tener a sus padres y hermano recriminándole por todo lo que hacía como cuando era niño.

- Cállate, payaso...

Deberías comenzar a hacerme caso, así la vida se te haría más fácil

- ¿Y volverme un alfa prepotente como todos en mi familia? No gracias

Es una tontería que sigas rechazandome como tu lobo interno, ya verás que un día no podrás seguir huyendo de tus responsabilidades

- Sí, si... Lo que digas - Dijo vacilante decidido a ignorar aquella voz. No obstante el mal sabor de boca persistió. Odiaba cuando su alfa se ponía así de pesado, entendía que venía de un linaje puro pero él no quería ser como ellos; como sus padres o como Borja. Estaba bien así, siendo simplemente él mismo, pasando desapercibido del resto del mundo.

- ¿Joven Rubén?

El llamado de uno de los empleados hizo que saliera de sus pensamientos.

- Lo siento... ¿Qué me decías, Merlon?

- Le preguntaba cuál sería el orden de las mesas, y si las flores que han traído irán con la manteleria azul o se hará algún cambio

El alfa guardó silencio hojeando la libreta entre sus manos en búsqueda de una respuesta. - Bueno...

- En color azul esta bien, Merlon... Y respecto a las mesas, sólo dejen la de los novios al centro... Que ambas familias vayan a la periferia

Tanto Rubius como el hombre mayor alzaron la mirada hacia el alfa recién llegado; el primero francamente sorprendido, mientras que Merlon sólo esperaba atento a que se aprobará o no aquella propuesta.

Al sentir la mirada avellana del peliteñido sobre él, Vegetta se limitó a encogerse de hombros.

- ¿Entonces...?

- Haz lo que dijo él, Merlon... - Espetó finalmente el más alto.

- Sí, joven... Enseguida

𝕊𝕖𝕔𝕣𝕖𝕥 𝕝𝕠𝕧𝕖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora