He conocido miles de personas que eran únicas cada una a su manera, miles de sentimientos que eran especiales cada uno de una forma distinta, miles de lugares que eran bonitos porque a la vez eran diferentes, pero cuando creía haber conocido todo lo que el mundo me deparaba, llegó alguien que hizo cambiar cada uno de mis pensamientos sobre lo que para mi era mi forma de vida. Un día me hice amiga de una persona que hablaba de una vida basada en el presente, de un futuro tan incierto que daba miedo, y un pasado repleto de experiencias que le habían hecho más fuerte. Cuando lo conocí no era capaz de ver más allá de un chaval seguro de si mismo que parecía tener claro lo que quería para él, que parecía no tener miedo al mañana, ni melancolía por su pasado. Los días pasaban y no lograba verle de otra manera, hasta que me percaté de que el motivo por el que se comportaba de aquella forma era debido a la falta de confianza en mí, porque cuando pensé haberle conocido, realmente era un simple desconocido. Con el paso del tiempo logré ver más allá de la coraza que había creado, ese chico de ojos verdes, sonrisa perfecta, seguro de si mismo, era en verdad un chico sensible, con un corazón enorme capaz de amar como un día Romeo amó a Julieta, tenía una mente brillante llena de sueños por cumplir, metas a alcanzar. Con él sentía que había encontrado a la persona perfecta para mí, porque solo con mirarle me sentía segura, como si aquella tormenta que vivía en mi interior cesase dejando así salir el sol, lograba que superase mis complejos porque no necesitaba que ninguna otra persona me viese perfecta. Me echaba en su hombro apreciando las palabras tan bonitas que pronunciaba el silencio, cerrando los ojos viendo así el paisaje tan bonito que había tras la nada, porque por un momento olvidaba la realidad y me dejaba guiar por los latidos de mi corazón yendo al compás de los suyos. De alguna manera él me complementaba, como si de alguna forma él y yo fuéramos la misma persona.
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La portada de un libro en blanco
RomanceUna historia sin comienzo ni final, sin planteamiento ni desenlace, solo una bonita narración de la vida de una chica que vive en la realidad. La verdad jamás contada en un libro, una historia sin final feliz.