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Jimin miró hacia todos lados en aquel lugar donde estaba, conocía una parte de aquella gran casa pero justamente aquel lugar no. Mark quien lo había llevado hasta ahí amablemente se puso delante de el y le indicó con su cabeza que le siguiera, y así lo hizo. Caminaron por un largo pasillo hasta llegar a unas escaleras que daban a la segunda planta, Mark se paro al inició de las escaleras y lo miró fijamente.

— Última puerta hacia el lado izquierdo. —Sin nada mas que decir camino devuelta por donde habían venido y desapareció. Jimin un tanto asustado por el lugar en el que estaba observo hacia todos lados, nadie estaba merodeando por ahí por lo que aprovecho esto y subió las escaleras de dos en dos casi corriendo. Al llegar al segundo piso recupero el aire perdido y siguió las indicaciones del chico de ojos grandes. El pasillo era un tanto oscuro, no había ventanas y solo era alumbrado por un candelabro a lo largo de todo esté. Al llegar al final del pasillo había una puerta de color marrón oscuro, Jimin con algo de miedo se acercó a esta y toco suavemente con sus nudillos.

Desde el interior se escuchó un débil "Adelante" y el menor empujó la puerta lentamente, asomo su cabeza y vio un cuarto de paredes rojas, la cama que estaba en el centro tenía un cobertor negro y sabanas color crema. La habitación también era un tanto oscura alumbrada tan solo por un candelabro y la poca luz que ingresaba desde la ventana que daba , se imaginaba el menor, al patio.

Cerro la puerta después de entrar y dirigió su mirada a un JungKook que se encontraba acostado en la cama, cubierto por las sabanas y que con sus ojos cerrados descansaba de su malestar. Jamás había oído que un Dios podía enfermarse, todo era completamente nuevo para el pero olvidando aquellas incógnitas corrió hasta el lado del mayor.

Este abrió sus ojos y sonrió ladino al tener a su dulce chico a su lado, por lo menos si moría, moriría feliz de haber pasado los últimos minutos al lado de Jimin, algo que si le decía al menor seguro este le golpearía sin importarle su estado medio moribundo.

— Señor Diablo, ¿Qué sucede? — Preguntó Jimin sentándose a orillas de la cama. La mirada de JungKook se desvió hasta el techo buscando que el menor se olvidará de aquello, no quería terminar involucrándolo mas en este asunto de los Dioses. —Por favor, necesito saber solo así puedo ayudarlo.— Jimin tomo una de las manos del mayor y la beso repetidas veces esperando a que así JungKook cambiara de opinión y funcionó.

El mayor de los dos dio un largo suspiró y se sentó en la cama como pudo, su cuerpo estaba completamente débil y sentía que en cualquier momento dejaba de existir para siempre como Dios quería.

— Veras Jimin, hace bastante tiempo fuimos creados Dios y yo, el Diablo. Claramente no al mismo tiempo ya que al principio solo estuvo Dios pero con el tiempo aparecí yo. Jamás nos llevamos bien, hasta el día de hoy no es posible lograr esto y está claro, somos de mundos completamente diferentes. Por muchos años sembré el miedo en las personas y también tuve fieles seguidores en la tierra, gente que me alababa debido a que yo si cumplía todo lo que ellos me pidieran en cambio Dios solo cumplía ciertas cosas y a ciertas personas. — Debido a su garganta seca fuer interrumpido tosiendo fuertemente. — Prosigo, en una de nuestras tantas conversaciones al principio de ser creados me explico que por ser Dioses sin importar del lado que estuviéramos no podíamos interponernos con los mortales, tampoco podíamos estar con alguno de ellos, ni besarlos, ni tocarlos de forma amorosa, ni preñarlos (en el caso de las mujeres). Te preguntarás porqué, ninguno lo sabe. El tiempo fue pasando y veíamos a los seres humanos crecer, algunos pecaban y se venían conmigo y otros se iban al reino de Dios. Era tan aburrida nuestra vida que empezamos una especie de juego, quien tenia mas en su reino. Los años siguieron pasando y un día me di cuenta que Dios comenzaba a admirar demasiado a una bella dama, como soy un tramposo comencé a buscar alguna dama para mí pero en aquel momento Dios me regaño y castigo volviendo a recordarme aquella única regla. Estaba muy molesto pero tiempo después paso, como no estaba seguro de confiar en Dios en una de nuestras conversaciones hablamos sobre ello y para que nadie cayera en la tentación con algún mortal hicimos un trato que fuera justo para ambos, el cuál consistía en que no podíamos mirar con otros ojos a los seres que habitaban la tierra, si alguno de los dos rompía el trato podría quedarse con el mando total de la vida humana en la tierra y el otro desaparecería. — JungKook miró fijamente al menor y este frunció el ceño.

— Pero entonces ¿Por qué está haciendo todo esto? —Jimin preguntó aun mas confundido.

— Yo rompí el trato en el momento en que hicimos el amor, Jimin y como no he renunciado a nada Dios se molestó y ahora me quiere ver muerto. —Murmuró el mayor quejándose por el dolor en su cuerpo.

— Eso no es posible, no puede matarlo usted es un Dios al igual que él.—Murmuró el menor asustado.

— Lo es, con el tiempo ambos descubrimos que si había una forma de desaparecer al otro y esta era que la gente dejara de creer en nosotros. Solo vivimos debido a que los seres humanos como tu o como tu madre creen en nosotros. Dios esta haciendo todo esto para que las personas me olviden y solo crean en el, por eso estoy aquí. Las personas comienzan a dejar de temerme y no me queda mucho para desaparecer.— Susurró el mayor acariciando la mejilla del menor por donde caían las lágrimas.

— Lo siento mucho. — Jimin abrazo al mayor llorando fuertemente. — Perdón Señor Diablo. —  Ya era demasiado tarde para hacer algo.

...

Nueva actualización!!! Ya casi acabamos con este Fic que escribí ya hace bastante. Tengan una bonita semana, los jamoneo mucho y cuídense!! 

PD: Recuerden que en mi perfil van a encontrar nuevas historias KookMin por si les interesa.

¿Señor Diablo? • [곡민]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora