Ignorando El Interés Público

Omake IV

Omake 10

 —Ahora que tenemos más experiencia, sabemos que debemos ir más despacio. Creo que la última vez fuiste demasiado ambicioso. Esta vez, empezaremos lentamente, ¿de acuerdo? Lo tomaremos poco a poco.

—...A-Cheng, no soy un niño, creo que puedo manejarlo.

—Bueno —dice Jiang Cheng con voz baja. También recuerdo que dijiste eso la última vez y terminaste atragantándote. Te hizo llorar. Yo te hice llorar.

—¡Simplemente no estaba preparado!

Sus voces se desvanecen cuando doblan la esquina.

Petrificado en la orilla de abajo, los ojos de Wei Wuxian son tan grandes como platillos.

***

—¡Oh, bien, estás aquí!

Como una premonición de catástrofe, una cuerda de su amado guqin se rompe.

Alarmado, Lan Wangji se encuentra acosado por un esposo que parece haber hecho un esfuerzo sincero por sintonizarse con los ritmos de la naturaleza al convertirse en uno con la hierba y el barro. Reconociendo ese destello enloquecido en sus ojos y, sin embargo, impotente para resistir su fuerza, se encuentra siendo arrastrado fuera del Jingshi y a mitad del camino, antes de que un 'qué' pueda salir por sus labios.

—¡Xichen-ge necesita nuestra ayuda!

—¿Xiongzhang? —sus ojos se endurecen y su mano va a su costado por instinto, hasta que se da cuenta de que en su prisa por irse, ha dejado atrás a Bichen.

—Sí, lo escuché a él y a Jiang Cheng...

Lan Wangji se detiene abruptamente.

—No.

—Sí —responde Wei Wuxian inteligentemente, mientras intenta arrastrar a Lan Zhan tras él sin éxito.

—No —dice Lan Wangji con terquedad, la mirada en sus ojos no es muy diferente a la de un león malhumorado que ha decidido que no dejará libre a su presa, pase lo que pase.

A pesar de todos los golpes, el Segundo Jade de Gusu Lan continúa caminando de regreso a su alojamiento con un Wei Wuxian bajo el brazo. Desde la distancia, su porte está tan erguido como siempre y su rostro igual de inexpresivo. Pero desde el ojo experto de Wei Wuxian, las primeras grietas en la conducta gélida del otro ya estaban comenzando a mostrarse.

—¡Sí! ¡Tu hermano realmente, realmente necesita nuestra ayuda!

—¿Recuerdas —entona Lan Zhan con gravedad, o al menos con la gravedad que puede manejar mientras lleva un saco de patatas particularmente desafiante—, que me prometiste que dejaría de ser amable cuando te lo pida?

—Sí —dice Wei Wuxian de mala gana.

—¿Recuerdas por qué?

—...porque solo me dices eso cuando estoy siendo demasiado amable, y no puedo dejar de ser demasiado amable siendo más amable —recita obedientemente.

—Te lo estoy pidiendo ahora, Wei Ying.

—¡Pero escucha, realmente no estoy siendo muy amable esta vez!

—¡Buenas noches, Hanguang-jun! ¡Mayor Wei! —exclaman dos jóvenes mientras se apresuran en el camino de regreso desde el comedor, sin verse sorprendidos al ver que el discípulo principal de los Jiang es llevado de regreso a sus alojamientos.

—Hola —Wei Wuxian levanta una mano, antes de continuar acosando a su sufrido esposo.

—Mira, soy el primero en admitir que lo que sucedió anteriormente, no era, ya sabes, ideal. Pero eso fue cuando no entendíamos su relación y estábamos haciendo todo tipo de suposiciones locas. ¡Pero ahora! Están casados, Lan Zhan.