Sin condiciones. Stolitzø

Capitulo 1

Hola, esto es algo mas diferente a lo que normalmente hago pero últimamente mi obsesión es helluva boss y aun mas el Stolizto. Esta historia corta esta inspirada en un comic que dejare al final, entonces créditos a quien le corresponda.

Como saben, la serie no esta completa aun, entonces esta historia no será completamente fiel a lo canónico.

Ah, pero antes, quiero que aprecien este dibujo que hise sobre esta historia (apenas estoy aprendiendo a dibujar en digital) no me gusto como portada pero no lo quería dejar en vano.

Ahora si, disfruten.

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-Entonces...realmente estas haciendo esto solo por el Grimorio...-Decía con una voz suave y susurrante, aquel príncipe de plumas plateadas quien con sus garras acariciaba la portada azul brillante de aquel libro, aquel libro que le permitió acercarse a su reciente y cesante capricho.

-Pido disculpas. Parece que he leído mal la situación.- Dijo desanimado. No lo veía, no podía, no podía permitir que el lo viera así, dolido, decepcionado, herido.

-Quiero decir, no estoy diciendo que no disfrute cogerte cuando sucede, pero...-

-Pero no correspondes mis sentimientos.- interrumpió a las penosas explicaciones de lastima por parte de su acompañante, aquel diablillo sentado en la cama junto a Stolas, lo veía con incomodidad. Se masajeaba la nuca con un cosquilleo singular en sus entrañas y evitaba ver al búho que también le evitaba el contacto visual

-¿Esto significa que I.M.P ya no puede tomar prestado el libro?- fue lo único que le nació preguntar, y lo hiso con una sonrisa nerviosa, sintiendo que tras ella, un gran hueco desesperanzador en su pecho le provocaba pudor y nauseas, pero esos temores fueron rápidamente espantados por el libro siendo deslizado hacia el

-Aquí tienes...-

Blitzø tomo el libro entre sus manos con alivio y sorpresa, sus garras lo acariciaron con suavidad y sintió que el búho elevo su mirada hacia el

-Sin condiciones a partir de ahora-

Blitzø lo vio con lastima, con un nudo en la garganta mientras sostenía el grimorio en sus manos. Stolas, con una mirada triste y decaída, deslizo sus largas piernas por las sabanas de seda y se coloco de pie, dándole la espalda al pequeño imp, se acomodo su bata roja y vio de reojo a aquel diablillo que mantenía su mirada en el.

-Adiós, Blitzø-

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