Sin condiciones. Stolitzø

Capitulo 3

Había pasado mucho tiempo en aquella incertidumbre, seis meces para ser precisos, pero no es como si Blitzø estuviera contándolos, pff~ eso seria... absurdo, seria ridículo. Por supuesto, el jefe de una empresa exitosa tiene cosas mas importantes de las que preocuparse como para estar pendiente de los meses en los que no ve a su proveedor.

Eso es lo que muestra el calendario, teniendo el día de luna llena repleto de circulos de todos los colores, y un gran texto que decía "luna llena" escrito tres veces con lápices diferentes.

Por supuesto que le daba igual, solo haría lo mismo de los otros putos meses anteriores, entregarle el libro a ese asistente idiota o asisdiota, como a el le gustaba llamarlo, y seguir con su trabajo como de costumbre.

Sostenía su teléfono, que sorprendentemente no había sido renovado desde que Stolas dejo de llamarlo, y sus garras lo toqueteaban con algo de ansiedad. Giro en su silla hacia su reloj de pared, que constantemente hacia el sonido de "Tic Tac" que no mantenía la habitación en el silencio absorbente. Vio nuevamente el calendario, y todos aquellos circulos que había dibujado una y otra vez. Alzo y miró la pantalla de su teléfono, la cual mostraba el contacto "Stolas" con la foto del búho y el botón para marcar. Gruño y estrello el teléfono boca abajo en el escritorio ¿¡en que mierda estaba pensado!? habían sido unos meses geniales desde que Stolas lo dejó en paz, todo fue tan cotidiano; clientes, asesinato, paga, acosar a Moxxie por el resto del día, clientes, asesinatos, paga, acosar a Moxxie por el resto del día. Esa era la rutina que a Blitzø le dice "lo estas haciendo bien" pero cuando llega aquel día... siempre sucedía lo mismo. El imp odiaba aquel día de luna llena tanto como de la manera en que le daba una pequeña ilusión, quizás...¿una llamada? ¿un mensaje? un "Hola Blitzy, mi asisdiota me entrego el libro, todo esta bien y tu puedes seguir con tu genial vida de la que ya no formo parte"
Pero nada de eso.

C-claro que no le importaba, pero le parece un cambio demasiado radical.
No aguantaba tanto silencio, tanta ausencia...no son desconocidos por el amor de Satan, el es una pieza fundamental en su empresa y no lo ha visto en seis meces, tiene motivos para preocuparse ¿cierto?

Según su reloj Deiman debió haber llegado, entonces, con amargura se levantó de su escritorio con el Grimorio bajo su brazo y se dirigió a la ventana, viendo hacia la acera en la que la limosina solía estacionarse, pero esta se encontraba...¿vacia?

Arqueo una ceja, extrañado por la impuntualidad del asisdiota. Volteó viendo el reloj, llevaba cuatro minutos de retraso. Era extraño, porque siempre había sido exageradamente puntual, aveces el mismo chófer lo regañaba por dejarlo esperando en la acera aunque sean por dos putos minutos.

Reviso su teléfono, pero en el chat de Stolas no había ningún mensaje
"nada nuevo" pensó el con los ojos en blanco volviendo a guardar el teléfono en su bolsillo. Recostó los codos en la ventana, viendo aquella acera vacía hasta que de pronto un foco se iluminó sobre su cabeza.

No.

No lo haría.

Se enderezó de golpe, arrastró el libro con el y lo vio entre sus manos.

Tal vez...el podría...

《Porque el principe Stolas no desea verlo...》

Ese recuerdo intervino con sus pensamientos, y volvió a sentir ese nudo en su garganta clavando sus garras en el libro.
Stolas no quería verlo...pero...¿ni siquiera por el libro? ¿nisiquiera por sus deberes reales?
Se dio cuenta de que en realidad ese no era su problema, después de todo es el príncipe quien está atrasado y no ha dado ningúna clase de aviso... es más...el hijo de puta se había olvidado de él ¿por que mierda debería tomarse la molestia de ir a devolvérselo? ¿por qué debería hacerle ese favor?