Lea se abrió los ojos con muchísimo esfuerzo. Le dio al botón de desbloqueo de su móvil, la luz del aparato electrónico le golpeó en la cara. Esto hizo que volviera a cerrar los ojos. Soltó un suspiro. Otro día más en el que madrugar, otro lunes que empezaba. Otra semana a la que enfrentarse sin ganas. El reloj marcaba del móvil marcaba las ocho menos cuarto… ¡las ocho menos cuarto! Se levantó corriendo y se puso lo primero que vio en el armario, unos pantalones vaqueros con un chaleco de color turquesa, una bufanda blanca y una gran rebeca de lana del mismo color. Cogió la mochila, que ya estaba preparada la noche anterior. Bajó las estrechas escaleras a todo correr, miró el reloj de su muñeca: Ocho en punto. El autobús llegaría dentro de cinco minutos más o menos a la parada.
-¡MAMÁ ME VOY! –gritó mientras buscaba las llaves en el mueble que había al lado de la puerta.
-¡PERO DESAYUNA! –respondió su madre
-¡NO! –contestó mientras abría la puerta.
-¡LEA! –volvió a gritar con algo de rabia.
-¡ADIOS! –dijo con superioridad mientras cerraba la puerta de un portazo.
-¡LEA! –chilló su madre enfadada.
Lea corrió a través de las calles, la helada de aquella noche hacía que resbalase en el hielo, giró la esquina con dificultad. El viento golpeaba las desnudas de los árboles que había en las aceras, las hojas secas volaban con cada ráfaga de viento. Un cuervo graznó mientras sobrevolaba su cabeza. El autobús llegaba en el momento en el que se paró juntó al poste que indicaba el número de la parada. Subió al autobús jadeante, pasó la tarjeta por el detector y subió a la planta alta del autobús. Se colocó en la primera fila y empezó a hacer absurdos dibujos en las ventanas. Tenía el presentimiento de que iba a ser un día largo.
El autobús llegó a la parada que estaba junto al instituto. No quedaba muy lejos de su casa en College Avenue pero no era una chica a la que le gustara darse carreras por la mañana, así que cogía el autobús y así de paso hacía los deberes que el día anterior no le había dado la gana de hacer. Aunque tenía que reconocer que había cambiado mucho del año anterior a este. Antes no le importaba su expediente, sus notas, o la opinión de los profesores hacia ella, pero aquel había cambiado. Se esforzaba en estudiar, sacar buenas notas, y comportarse como era debido, era ahora, una alumna ejemplar. Los profesores la alababan, y la ponían de ejemplo de cambio y auto-superación. Pero claro está, quedaban resquicios de la rebelde que había sido. En la puerta del instituto se encontraban sus amigas, dos chicas vestidas más o menos iguales, las dos rubias y con cara de muñequitas de plástico. Le caían bien aquellas dos.
-¡Lea!¡No te vas a creer lo que pasó ayer con Benson! –dijo la más alta de las dos agarrándose del brazo de Lea- El que se supone que es mi novio estuvo todo el tiempo tonteando con Katy, saltando en las camas y la muy… -Lea dejó de prestar atención y se limitaba a insultar al tal Benson cuando hacían una pausa, lo que provocaba que las dos rubias siguieran insultando.
-¿No os cansáis de siempre lo mismo? Tanta monotonía debe de ser malo –dijo Lea, y al instante se arrepintió de haber pensado en voz alta.
-¿Sabes qué? Nos vemos en clase –dijeron con las dos a la vez para después mirarse, reírse y caminar dando un espectáculo de risa.
Lea se puso a pensar camino a su taquilla, ella no solía decir lo que pensaba de esa manera, no a ellas, había sido extraño. Sería que se había levantado con mal pie ese día. Justo antes de llegar a su taquilla se dio un golpe con una chica y sin saber cómo estaban las dos en el suelo.
-Mira por donde andas, “Barbie” –le escupió la chica pelirroja de ojos azules con la que se había tropezado.
-¿Barbie? ¿Quieres repetirlo? –contestó desafiante Lea, mientras recogía su cosas, se percató que la chica cogía uno de sus libros “La Biblia satánica”- No me digas que eres una de esas que adoran al diablo, no tienes pinta.
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Aline
ChickLitDespués de siglos de tanto esperar, se despertaron para regresar. Solo una tiene la llave, la que las hara retornar, la que comenzara una revolucion que pondra fin a esta era. Volver sobre nuestros pasos, el despertar de la conciencia y de la magia...