El hombre jamás volvería a inspirar paz o alegría, una sombra oscura parecía haberse apoderado de el, después de los acontecimientos, el pueblo terminó de preparar la fiesta a las afueras, como si ninguno recordará la razón de ella. Indignado y dolido el hombre llegó enojado y tiró las mesas de la comida y las bocinas de la música, pero no causó ningún impacto en las personas del pueblo, creyendo que lo hacía por tristeza, lo compadecieron y continuaron con lo suyo.
El hombre sentía mas rencor con cada día que pasaba y tras el consejo de una exalumna se descargó en el pozo, su tristeza, sus miedos, y el odio que le tenia al mismo pozo. Con la mente clara renunció a su trabajo, dejó su casa y se sentó en una banca, justo frente al museo, con una mochila y sin idea de cual sería el siguiente paso.
Los pobladores le tenían mucho cariño pues era un gran profesor, pero coincidían que no era el mismo, así que le ofrecieron cuidar el museo, y reabrir la cafetería a cambio de vivir en uno de los almacenes de la casa. Una vez acondicionado todo y rescatado las piezas del almacén, el museo volvió a ser un lugar llamativo y los pocos visitantes que llegaban en temporada alta junto a las fiestas de los días despejados mantenían el lugar a flote y a el distraído de su pasado.
Alguna de las tardes cerca de la reapertura del museo, una mujer extranjera entró al museo, atrajo en seguida la mirada del hombre del café, pues el resto de los clientes inmediatamente voltearon a verla con sorpresa e indignación, mientras el ambiente cambiaba de risas y celebración a susurros y murmullos.
Cuando Amelia bajó de su recorrido por la casa, ya no había nadie mas en la cafetería y el hombre le invito un café. En sus platicas nocturnas que se hicieron recurrentes, Amelia le platicaba con fascinación la intriga que tenía tras la magia del pueblo, y poco a poco el hombre de la cafetería, dejaría de ir al pozo a reclamarle y empezaría a vigilar la actividad alrededor de este. Amelia tenía certeza de que el hombre de la cafetería solo buscaba conquistarla, pero no contaba con que aquellas largas noches de historias y misterios, eran para el hombre respuestas... aunque también se estaba enamorando un poco.
