𝐸𝓈𝓅𝑒𝒸𝒾𝒶𝓁: déjame tenerte. 🔞

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𝒩𝑜𝓉𝒶 𝒹𝑒 𝓁𝒶 𝒶𝓊𝓉𝑜𝓇𝒶: 𝚎𝚜𝚝𝚎 𝚌𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘 𝚌𝚘𝚗𝚝𝚒𝚎𝚗𝚎 𝚕𝚎𝚗𝚐𝚞𝚊𝚓𝚎 𝚜𝚎𝚡𝚞𝚊𝚕𝚖𝚎𝚗𝚝𝚎 𝚎𝚡𝚙𝚕í𝚌𝚒𝚝𝚘.

"It must be fate, I found a place for us. I bet you didn't know someone could love you this much"

Estaba particularmente fresca esa noche para ser septiembre. Hinata entendía que podía bajar la temperatura poniéndose el sol pero esa brisa que rozaba la piel desnuda de sus hombros y la punta de su nariz, estaba un poco más fría de lo normal, y le recordaba no haberse preparado con anticipación para poder estar toda la noche al aire libre sin sentir algo de frío.

Y es que había estado lloviendo en días anteriores, por lo que no le sorprendía que restos de las nubes que quedaban en el cielo hicieran que las noches resintieran un poco más el otoño que estaba por entrar.

Tampoco era como que lo tuviera tan presente, pues su mente estaba completamente concentrada en el momento y en la felicidad que estaba viviendo ese veintiocho de septiembre. Una ceremonia sabor a victoria, y muy bien merecida, se estaba llevando a cabo. Y no era para nada algo que debiera ocultarse: su Neji-san estaba obteniendo el título oficial de agente ANBU con mención honorífica por parte de los altos mando en Konoha; aunque había sido invitado oficialmente, tuvo que someterse a duras pruebas físicas, psicológicas y académicas que demostraran que él podía y debía ser seleccionado para pertenecer a ese selecto grupo de ninjas de la aldea. Y cómo no iba a ser seleccionado si se trataba de un prodigio como él.

Fuerte.
Sumamente inteligente.
Guapo como el infierno.

Reprimió una sonrisa. Bueno. Eso no era lo más importante, pero, se dijo a sí misma "cuenta como un plus". Su Neji poseía una altura considerable a pesar de ser ella más alta de la estatura promedio, durante su adolescencia había aumentado su estatura notoriamente y junto a su cabello largo, le daban esa presencia única que era tan sexy e intimidante al mismo tiempo que su constante semblante serio lo hacían tan misterioso que no podía dejar de verlo. Era como si la hipnotizara. Y no debería no empezar a pensar en esos ojos... Neji-san era todo lo que ella podía pedir y más.

Quería seguir sonriendo como una adolescente, emocionada de recordar a su amor platónico a la distancia, pero unos brazos la rodearon por la espalda y en ese momento la invadió ese perfume tan familiar que ella adoraba.

Fresco y un aroma ligeramente a madera.

Supo de inmediato que se trataba de él. Además, esa forma en que sus cuerpos encajaban eran tan única que incluso de no haber percibido su olor primero, ella sabía que aquellas manos, aquellos brazos y ese alto cuerpo detrás ella, rodeándola, eran de su amor. Así que con toda confianza se inclinó hacia su pecho, apoyando su espalda en este y suspirando profundamente intentando absorber lo más posible de esa fragancia que gritaba a los cuatros vientos: aquí estoy.

-Hinata-sama. - susurró en su oído, con un tono algo juguetón que cosquilleó en su lóbulo.- ¿a qué se debe que se encuentra tan sola esta noche?

Ella supo de inmediato que él estaba bromeando y quería divertirse un poco con ella, por lo que sonrió de lado y le siguió el juego.

-No lo sé muy bien, Neji-niisan, ¿sabes? Te había estado buscando.- inmediatamente ambos soltaron una risita, con mucha complicidad y él dejó un pequeño beso en el cuello de Hinata que electrificó todo su cuerpo y aceleró su ya palpitante corazón.

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