En verdad te extrañé.

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"On this night, and in this light. I'm falling for you"

Mientras se debatía entre si creer a lo que veían sus ojos o ignorar una posible imagen creada por su imaginación ella sólo lo observo detenidamente; Neji tenía una manera muy particular de estar cerca a ella sin que Hinata siquiera supiera. Decidió, en ese momento, que lo mejor seria dar el primer paso, así que avanzó un poco hacia Neji y él hizo lo mismo hasta que entró por completo a la habitación de Hinata, dejando caer con una de sus manos la pequeña mochila de tela donde seguramente llevaba sus provisiones y había guardado sus sandalias.

Frente a frente, ella elevó su brazo para retirar la mascara ANBU que él continuaba usando; y se sorprendió de la sincronía que compartía con su primo. Incluso cuando estaban alternando sus entrenamientos solían coincidir en sus movimientos y si no era el mismo estilo, al menos era la defensa al mismo perfectamente.

Neji también hizo el movimiento para retirarse la mascara y junto a su mano con la de Hinata se rozaron los dedos. Una chispa se apoderó de sus cuerpos y recorrió cada centímetro, no se trataba de su afinidad por el conocimiento de los puntos de chakra o algo similar. Eran ellos teniendo esa conexión que los había llevado al limite desde admitieron abiertamente su romance. Era evidente desde el principio que ellos tenían en común mucho mas que un apellido y tan pronto como lo entendieron, no se detuvieron en pensarlo dos veces. Juntos retiraron la careta por fin sus ojos se encontraron sin nada de por medio.

Tantos meses sin verse.

Tantas noches lejos.

Por un momento todo parecía ir en cámara lenta, aunque en realidad el tiempo pasaba como siempre. Para ellos era su momento y no iban a desaprovecharlo. Una vez que la máscara de Neji salió de su recorrido por el largo y sedoso cabello, ésta salió volando hacia alguna parte de la habitación de Hinata y él fijó su atención en Hinata, tomando entre sus manos su rostro y haciendo que sus cabellos bailaran. Había un ansia que querían consumar, pero primero quería darle un beso. Uno tierno y dulce para poder expresarle todo lo que sentía y lo mucho que la extrañó.

-Hinata-sama... - quiso decirle tantas cosas, pero se quedó perdido en su mirada pálida y lila, sus ojos siempre fueron muy expresivos y no había secreto que pudieran ocultarle. Sentía lo mismo en ese momento.

"Aquí estoy, y no me pienso ir pronto" quiso decirle, pero en su lugar rápidamente bajó a sus labios y probó el dulce sabor que ella siempre le ofrecía. Al principio planeó en sólo rozar sus labios y convencerse de tener una larga conversación, pero no pudo contener sus ansias de ver su rostro, ni de besarlo. El beso fue tierno pero persistente. La manera en que sus labios se sincronizaban y las respiraciones se agitaban era una señal de que los dos ansiaban ese momento.

Mientras, el sonido de la lluvia, el viento y sus labios chocando sensualmente era lo único que se escuchaba en la habitación. Neji bajó una de sus manos del rostro de Hinata y lo recorrió por su brazo hasta rodearla por la cintura para atraerla a él. Ella posó sus dos palmas en su pecho y se puso de puntitas para profundizar el beso.

Tenían la necesidad liberar esas ganas guardadas por meses, que, aunque eran enormes, así se las ingeniaron para recibirse de una manera tierna. Poco a poco se fueron separando para retomar la respiración y verse nuevamente a los ojos. La manera en que la luna brindaba la tenue luz y algunos destellos de Konoha se colaban, hacían que la escena que Hinata tenia frente fuera espectacular. Sus manos bajaron de su pecho a buscar sus manos y entrelazarlas para ella dar un paso atrás y atraerlo aun mas dentro de la habitación. Algunos pasos retrocediendo fueron suficientes para toparse con la esquina de su cama estilo futón. Al llegar ahí lo invitó a sentarse en una de las esquinas mientras ella se acercaba para sentarse encima de él con las piernas a cada lado de las suyas, quedando ligeramente a la misma estatura, el torso de Neji era largo y aun sentado casi podía alcanzar a verla a la misma altura, pero en ese momento lo que querían era verse y sentirse.

-En verdad te extrañé. - dijo Hinata mientras ponía sus manos en los hombros de Neji y él colocaba las suyas en las caderas de Hinata para abrazarla hacia él.

-Las cosas se complicaron. - dijo él viéndola a los ojos -no creímos que fuera a ser tan duro, pensamos que los problemas habían terminado con la guerra, pero esto... de verdad es grande.- calló y pasó saliva recordando los terribles momentos de hace un tiempo. Hinata entendió a la perfección qué fue lo que recordó Neji, y recorrió su mano derecha de su hombro hacía un mechón de cabello castaño que se había colado durante la pequeña conversación con el fin de empatizar con él.

-Entiendo. - dijo ella con voz suave esperando dejar la tensión del momento. - Otōsan (Padre) no hablaba conmigo mucho sobre tu misión y puedo entender el por qué. - su mirada bajó un momento hacia los labios de Neji, rosados y perfectos. –al final de cuentas, estoy feliz porque estás de regreso. - con una pequeña sonrisa ella se acercó a él y de nuevo se besaron. La presión en el agarre de Neji en sus caderas incrementó y Hinata se removió un poco buscando acercarse más al cuerpo de su primo mientras sus manos se aferraban a él. Con el vaivén de sus caderas, presionaba directamente a Neji en su punto débil, el cuál no tardó mucho en reaccionar y el bulto que antes era más bien normal, empezaba a notarse a través de su uniforme ANBU y la ligera ropa de Hinata.

Quería dejar quietas sus manos para disfrutar completamente del beso con Neji, pero las ganas de sentir su cuerpo también retumbaron en su mente y las movió para poder tocar su pecho. El calor que se filtraba de su piel hacía un contraste delicioso con el frio que se colaba a la habitación y el recorría la espalda. Poco a poco los latidos acelerados de su corazón de unieron a la música natural de la lluvia, el viento y ahora los bombeos profundos de sangre, cada vez mas acelerados, que retumbaban en su cabeza.

Neji bajó sus manos y recorrió los muslos de Hinata desde las rodillas hasta su ropa interior, por dentro del ligero vestido que usaba ella para dormir. Una vez que sintió la curva de sus nalgas, abarcó sus manos en ellas y apretó ligeramente sin interrumpir el beso, obteniendo un suspiro entrecortado de su prima.

-Nii-san...- suspiró ella y siguió con el beso cada vez mas apasionado y lleno de palabras no dichas en el momento pero que expresaban todas y cada una de las intenciones que tenían. Hinata siguió moviendo tus caderas una vez que Neji siguió su recorrido por su espalda hasta rodear su cintura y subir su vestido de satén hasta la altura de sus manos haciendo de éste una pieza de tela arrugada.

Hinata disfrutaba de la estimulación indirecta de la pelvis de Neji y de la sensación de los labios de ambos uniéndose continuamente. Sus respiraciones ya estaban pesadas y sus manos intentaron quitar las ropas superiores que Neji vestía.

-Dame un segundo, Hinata—sama, se desabrocha de aquí- él se separó e inclino un poco hacia atrás para poder abrir el chaleco parecido al que usaba cuando era pequeño, debajo traía una camiseta negra por lo que Hinata se adelantó y al haberse Neji desabrochado el chaleco, ella la subió para poder quitársela por encima de la cabeza. Su cuerpo siempre fue delgado pero muy bien tonificado. Se ejercitaba con mucha frecuencia y eso era muy visible. La expresión de Neji cuando ella le quito la prenda fue divertida. Así rápido regresaron a los besos que estaban compartiendo. Las manos de Hinata no podían estar quietas; pasó de nuevo sus manos por su pecho, sólo que, a diferencia de cuando tenia las capas de tela, en esta ocasión sintió la piel de Neji con pequeñas marcas rasposas y algunos manojos de piel que se levantaban de la tersa piel.

"Son cicatrices", se dijo y al sentir algunas vendas ella se levantó de donde estaba encima de él y se dirigió al pequeño mueble a un lado de su cama para encender la linterna para lectura que brindaba la iluminación parecida a la de una vela, que, en ese momento, quedaba a la perfección.

- ¿Pasa algo? – murmuró Neji sorprendido y con expresión confusa.

Cuando Hinata vio, gracias a la luz, la gran cantidad de heridas, cicatrices y vendas que cubrían gran parte del torso de Neji, no pudo evitar sentirse mal por no haber considerado su situación.

¡Acababa de regresar de una misión muy importante! ¿Cómo fue que no tuvo cuidado? Se decía varias veces.

-N... Neji-san, ¿qué te sucedió? - dijo ella asustada, afectada y con un nudo creándose en su garganta porque no podía quitarse de la mente esa imagen del cuerpo de su primo lastimado a tal punto que algunas heridas reemplazaban a las otras que se hizo durante la guerra.

No podía apartar la mirada de su pecho y sentía que sus mejillas se estaban tornando rosadas y sus ojos amenazaban con nublarse de lágrimas.

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