Seokjin desde muy pequeño ha presentado una cierta actitud, una actitud de la cual sus padres estaban preocupados.
Seokjin desde niño ha sentido la necesidad de matar o lastimar cosas, era algo parte de él, no sabía cómo cambiarlo. Después de algun...
—Cariño, ¿Dónde está Seokjin?— preguntaba el señor Kim asomando la cabeza al living, en donde estaba su esposa.
La madre de Seokjin deja de tejer para mirar a su esposo.
—Hmm, debe estar jugando con sus amigos. Nos había preguntado si es que podía ir al lago cerca de su escuela.— le respondía con una sonrisa.
—ah, ya veo, eso me alegra mucho, casi nunca lo veía con niños a su alrededor.- suspiraba más tranquilo el señor Kim sentándose al lado de su esposa.
—Si, nuestro pequeño de a poco va creciendo.— sonreía la señora Kim.
[...]
Pero en otra parte, un niño de cabello castaño lloraba desconsoladamente por su hámster ya muerto en sus manos.
—n-no..., no, Tata, ¿por qué?, ¿q-quién te hizo esto?— decia entre el llanto el niño sin dejar de ver con ojos llorosos a su mascota con rastros de sangre en su pelaje.
—Ya, ya, Tae, debes calmarte. Llamemos a tus padres, debemos avisarles de esto.— trataba de consolar su mejor amigo Jungkook.
Haciendo caso a lo pedido, el pequeño Taehyung deja a su hamster fallecido de nuevo a la caja que estaba en la entrada de su casa, aún con lagrimas cayendo en sus lindas mejillas.
—pobre Taehyung, ¿Quién crees que fue, Jinnie Hyung?— preguntaba medio asustado un niño adorable de mejillas regordetas y labios de globito, ese niño se llama Park Jimin, quien estaba aferrado al brazo de Seokjin debido al terror que tenia ahora.
Y Seokjin bajaba la mirada hacia él.
—Te dije que no me llamaras así, Jimin.— cortante, respondia Seokjin, pero haciendo que Jimin haga un puchero un poco molesto.
Todo había comenzado cuando el grupo de niños estaba jugando de lo más normal esa tarde y Tae los invitó a su casa a comer galletas, casualmente Seokjin, quien fue invitado por Jimin, aceptó la invitación del niño.
Y en ese entonces, una misteriosa caja estaba en la entrada principal.
Al principio creían que se trataba de un pedido de los padres de Tae y este decidió abrirlo por mera curiosidad.
La curiosidad anda en busca de novedades dicen por ahí.
Y lo último que vieron los niños presentes fueron unos ojos tristes cristalinos dirigidos a un ruedor que estaba estático y sangriento en las manos pequeñas del pequeño castaño.
Jimin era el más asustado, Jungkook estaba más preocupado y Taehyung era el más confundido. ¿Quién le haría tan horrible cosa a ese pequeño hamster?
Pero Seokjin acariciaba el cabello de Jimin tratando de tranquilizarlo, con una sonrisa en sus bonitos labios.
Tae no debió tocar las sonrojadas mejillas de Yoongi ayer.
El no debió.
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