12 Solo hoy

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Llegamos bien entrada la noche a un pequeño hostal situado en las afueras de Londres. Entró en una habitación decorada humildemente con pocos y viejos muebles cubiertos de polvo. Me tendió sobre la cama, trajo consigo un paño y agua tibia con el que me limpió la sangre reseca de la cara. Ese pequeño gesto pareció revivirme. Dificultosamente, conseguí incorporarme agarrándome del brazo de mi compañero.

-Él, Tiky, fue quién mató a Daysha.

Su cara se congeló. No emitió ningún sonido ni se movió en unos pocos y larguísimos minutos de angustia por mis palabras. Un pinchazo recorrió mi corazón, intenté sobreponerme para no mostrar el dolor delante de mi compañero.

-¿Qué te ha hecho?

-No es nada_ me escurrí de la cama para levantarme.

Me cogió del hombro.

-No tenías por qué haber venido, ya me dejaste claro que no significaba nada para ti.

Su rostro se contrajo.

-¡Déjame!_ exclamé.

Del tirón se desabrocharon unos botones de la camisa, dejando el lado izquierdo de mi pecho al descubierto. Miré con dificultad y vi una marca amoratada en la zona alta que continuaba hacia abajo. Me tapé lo más rápido que pude. Aquello solo significaba una cosa. Era débil.

Extendió su mano hasta mi hombro, deslizando sus blancos y alargados dedos por mi clavícula siguiendo la marca de color malva que recorría parte de mi cuerpo. Por primera vez pude ver una expresión de arrepentimiento en la cara de Kanda, seguida por dolor. De pronto centró su atención en mi magullada cara y con la misma mano me secó las lágrimas que caían por mis mejillas. Aquello era nuevo para mí.

-¿Kanda?

De repente se apartó y salió por la puerta.

Sentí la mayor humillación de toda mi vida. A partir de ahora seguro que él no querría volver a realizar ninguna misión conmigo. Ya le había mostrado más de una vez que no podía dejar atrás los sentimientos y eso me hacía vulnerable. No era una verdadera exorcista.

Me tapé la herida y salí en busca del pequeño cuarto de baño donde conseguí llenar la bañera de agua tibia. Recordé el instante en que sentí su mano en mi corazón, apretándolo lentamente, podría haber muerto como Daysha. El agua casi rebosó cuando me metí dentro de la bañera. Miré mis manos desnudas, si tan solo hubiera llevado mi inocencia equipada... quizá eso no hubiera pasado. El agua calmó el dolor que sentía en el pecho. Intenté descansar hasta que el agua se quedó fría, cuando me percaté tenía el cuerpo congelado. Y es que no quería volver a verle, no quería que me llamara inútil ni nada por el estilo. Solo quería olvidar todo lo que había pasado.

Salí del baño con la única ropa que tenía limpia de sangre, una camiseta de tirantes y un pequeño pantalón corto, ya que el vestido del uniforme estaba lleno de salpicaduras de sangre. El pelo que siempre lo llevaba recogido en una coleta caí libre por mis hombros.

Al cerrar la puerta vi a Kanda sentado en la única cama que había en la habitación. Tenía la mirada perdida. Miré la nieve que caía detrás de la ventana, sentí un escalofrío que me recorrió desde los pies desnudos hasta la nuca. Y aunque me temía lo peor, al sentir de nuevo otro pinchazo, recorrí los pocos metros que nos separaban y me senté al lado del exorcista dejando una separación razonable.

El cuerpo me tiritaba y llegó un momento en que no pude reprimir el chasqueo que tanto odiaba Kanda. Me llevé las manos a la boca para tapármela de inmediato. Fue entonces cuando Kanda pareció salir de su ensimismamiento y me miró. Durante unos segundos me pareció que el mundo se había parado.

-Ha sido todo culpa mía, he puesto en riesgo a la Orden_ dije mirando sus manos entrelazadas

Silencio.

-Solo soy un estorbo para ti, así que cuando volvamos pediré a Komui que me traspase a otro grupo. De este modo no tendrás que aguantarme y dejaré de ser un problema para ti.

De pronto se desabrochó el abrigo y me lo pasó por encima. ¿Dejà vu? Pensé tontamente.

-Duerme_ dijo finalmente.

-Por favor, Kanda _ le llamé cogiéndole de la mano_ Solo por hoy, no me dejes.

Estaba claro que su mente se debatía entre ambas opciones. Hasta que cedió a mi petición y volvió a sentarse en la cama.

-Duerme. Me quedaré aquí.

Me metí dentro de las sábanas con su abrigo y sabiendo que estaba a mi lado pude cerrar los ojos y dejarme llevar por la oscuridad.

D GRAY MAN ( KANDA X OC) COMPLETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora