D GRAY MAN ( KANDA X OC) COMPLETO

9 Miranda Lotto

Al rato una mujer me llamó la atención, su pelo oscuro estaba recogido en una redecilla en un moño alto, su vestido de manga larga y cuello alto enmarcaban una cara blanca y delicada sin duda bella de no ser por las grandes ojeras que rodeaban sus ojos llorosos. Su expresión denotaba preocupación, tristeza y desesperación. Y no solo eso, actuaba como si supiese qué iba a pasar a continuación, ya que unos niños le tiraron unos excrementos de perros y ella fue capaz de esquivarlos de espaldas a ellos. Tras recriminarle a los niños que ya sabían lo que iba a hacer nuestras miradas se cruzaron.

-¡...! ¿Vosotros dos?_ nos señaló_ Sois nuevos.

Era la primera persona que había dado signos de habernos visto tanto a Kanda como a mi.

-¡Espera! ¿Nos ves?

-¡Por fin hoy se ha acabado! ¡Soy libre!

Y así salió corriendo desapareciendo de mi vista.

-¡Kanda!

Corrí hacia él y le expliqué la situación. Tras varias horas buscándola por la ciudad optamos por entrar en un bar y tomarnos un breve descanso para trazar un plan y poder llegar a ella con éxito.

-Mira, era más o menos así_ le pasé un dibujo sobre una servilleta.

Nunca había visto a Kanda con esa expresión de incredulidad.

-Es un panda con un moño.

Cogí la servilleta de las manos de Kanda y la miré.

-Tienes razón. Pero realmente era como...

De pronto vi a alguien asomarse detrás del hombro de Kanda.

-¡TÚ!

Me lancé por encima de Kanda y atrapé a la mujer que se había enrollado literalmente en una manta para ocultarse de nosotros a la vez que nos espiaba.

-¡Por favor! ¡Necesito ayuda!_ gritó ella.

-¡¿Por qué huyes?!_ dije tirando de ella que trataba de escapar_ ¡Queremos ayudarte!

Kanda se levantó y se puso delante de ella mientras yo la sostenía.

-¿Qué está pasando aquí?

La mujer se sintió inmediatamente intimidada por Kanda y temí que colapsase en cualquier momento.

-Yo soy Alma Campbell y él es Kanda. Somos exorcistas de la Orden Negra.

La mujer se quedó quieta y me miró.

-Miranda. Lotto.

Sonreí.

-Miranda, hemos venido aquí para averiguar qué ocasiona la anomalía de esta ciudad.

-La anomalía_ dijo mirándonos a los dos intermitentemente_ ¡Por favor, tenéis que ayudarme!

La joven cogió de la pechera a Kanda en busca de ayuda desesperadamente pero solo consiguió que Kanda intentase coger a mugen. Traté de calmar a Kanda y apaciguar a la estresada Miranda.

-Cuanto más puedas contarnos sobre qué está pasando antes podremos ayudarte_ dije bajando el brazo de Kanda que casi había llegado hasta su espada_ ¿No es así?_ miré al exorcista.

-Tch.

(Van a la casa de Miranda y ella les explica que la ciudad se rebobina y que ha vivido el mismo 9 de octubre unas 30 veces. También les cuenta lo del reloj que no funcionaba, cómo le conmovió ser la única que lo había hecho funcionar. Ambos axorcistas creen que el reloj y

Miranda están directamente relacionados)

-Ojalá que el mañana nunca llegara.

-¿Eso fue lo que dijiste? Entonces es como si la inocencia del reloj hubiese concedido el deseo de Miranda_ dije mirando a Kanda

-Es compatible con la inocencia_ dijo él.

Me levanté de la silla.

-Por eso ocurren cosas raras en la ciudad, es como si todos los habitantes de aquí estuviesen bajo el efecto rebobinador de la inocencia.

El reloj marcó las doce.

Miranda se metió corriendo en la cama como si alguien hubiese poseído su cuerpo. De este modo de nuevo volvíamos a estar en el día de ayer.

-Todo vuelve a pasar una y otra vez...

Entonces un pensamiento ilusorio recorrió mis pensamientos.

-Estar siempre con Kanda... _ pensé en alto.

-¡Oi!

Sentí a mugen en el cuello.

-Ni lo sueñes.

-¿Por qué eres así?_ reí nerviosa_ No soy libre ni en mis pensamientos.

Intenté despertar a Miranda, pero no era posible.

-Tendremos que esperar a que toque la "hora" de levantarse.

Kanda, algo irascible, se levantó de la silla.

-Tch, no tenemos tiempo que perder.

-No podemos dejarla sola.

Me lanzó una mirada rápida.

-Quédate con ella, volveré pronto.

Me quedé mirando a Miranda y al reloj que tanto apreciaba.

-Sé cómo te sientes_ susurré.

De pronto sentí un golpe en la nuca y perdí la consciencia.