El fin de la exorcista

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(Despierta en la Orden)

Estaba en una cama, con varias mantas por encima o quizá fuera otra cosa. Sin duda alguna tenía ambos brazos vendados, podía sentir la presión de las vendas. Esperaba poder moverlos dentro de poco, ya que en ese mismo instante observé que carecía de la fuerza necesaria para hacerlo.

La voz de Komui podía oírse desde fuera. Me deshice con cuidado de las sábanas intentando no forzar demasiado mis dolidas extremidades. Al levantarme y dejar la cama observé el abrigo de Kanda que había estado todo este tiempo sobre mí. Salí de la habitación y llamé a Komui.

-Alma...

Su cara irradiaba felicidad y al mismo tiempo tristeza.

(La lleva a su oficina y le explica que ha perdido la inocencia y que ya no podrá sincronizarse con ella nunca más, y que por lo tanto no podrá seguir siendo una exorcista.)

-Siento darte esta noticia de esta manera. Pero tienes que abandonar la Orden Negra. No hoy, ni mañana, pero en cuanto te repongas.

Intenté sobreponerme ante la situación.

-Hiciste sin duda un esfuerzo sobrehumano en el arca. Y eso es algo que nunca podremos ser capaces de agradecerte lo suficiente, sin embargo, tu cuerpo ya no es capaz de sincronizarse con la inocencia. Ya no eres una exorcista.

-¿Kanda?_ pregunté mirando mis brazos.

-Desde que despertó, lleva casi una semana sin querer saber nada de los médicos. Por mucho que le digamos no quiere quedarse en su habitación para ser tratado.

Al ver mi reacción continuó explicándose.

-Dentro de lo que pasó, está bien. Es solo que no se ha apartado de tu lado desde que el momento en que abrió los ojos.

Komui sonrió.

-Tan solo sale para comer y cuando le obligamos a dejarte con los médicos va a la sala de simulación.

Me levanté dejando a Komui con la palabra en la boca.

Mis pies me llevaban en dirección a la sala de simulación, quería verle. Pero al mismo tiempo pensé en lo que Komui me había dicho, ya no formaba parte de la Orden, con lo que tendría que abandonarla antes o después y eso significaba abandonar a mis compañeros, a mis amigos y a Kanda. Me paré en seco. No. Volví a la habitación y me senté al lado del abrigo del exorcista. Posé la mano sobre este, rememorando el primer día que nos conocimos. Nunca me olvidaré de él, pase lo que pase. Me metí de nuevo en la cama en busca de calor y descanso.

Más tarde cuando el hambre apremiaba, decidí ir al comedor. Nada más entrar por la puerta principal pude verle sentado delante de la sopa de miso que acostumbraba a comer, mirando dentro de ella como si fuera a solucionar un dificultoso problema. Alzó la cabeza y nos vimos. Nos vimos por primera vez desde lo ocurrido en el arca. Y no sabía muy bien cómo reaccionar ante la oleada de sentimientos. Kanda se levantó y caminó hacia mí. Hizo un ademán de coger mi mano, pero paró antes de llegar a rozarla. Nos miramos durante unos minutos sin decir nada. Quizá ambos desconocíamos lo que el otro estaba pensando y por ello no queríamos romper el agradable silencio que se había formado. Sonreí y finalmente me preguntó.

-¿Cómo estás?.

Me encogí de hombros.

-Viva.

La gente empezó a mirarnos. Giré la cabeza y vi que cuchicheaban sobre nosotros.

-¿Qué ocurre?

-Vamos a un sitio más tranquilo.

Seguí a Kanda mientras eché un vistazo a los demás exorcistas que me señalaban.

D GRAY MAN ( KANDA X OC) COMPLETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora