Amy La Peluquera

Capítulo 16

Por supuesto, cariño. ¿Segura que estás bien? Sin dolores de pecho ni nada, ¿verdad?" Preguntó Sarah. 

Amy negó con la cabeza. 

"Está bien, solo avísame cuando estés lista". 

Sarah se sintió un poco culpable mientras estaba fuera del baño. Se suponía que debía estar aquí para apoyar a la mujer con la que quería pasar el resto de su vida y, en cambio, estaba adulando a su tía súper obesa y postrada. Mientras Amy hacía sus necesidades, Sarah se tomó un momento para volver a concentrarse y recomponerse. 

"¡¿Sarah ?! ¡Ya terminé!" Amy llamó desde adentro. 

"Muy bien, cariño, uno ... Dos ... ¡¡¡TRES !!!" 

"¡¡UGH, Mierda! ¡¡¡UGGGHHHH !!!" Amy gimió, rechinando los dientes y haciendo una mueca de dolor. 

"Eso es, cariño, eso es todo. Ahí tienes. Agradable y fácil, agradable y fácil,

"Espera, espera ... Debo ... Debo ... Detener ... Whoooo ... Whoooo ... Ugh ..." Amy jadeó. 

"¿Quieres que vaya a buscar tu silla y la traiga aquí?" Preguntó Sarah. 

"Está bien, pero voy a tener que soltar tu mano. Seré lo más rápido que pueda, pero necesito que te asegures de que no te caigas. Porque no creo que podamos atraparte. retrocede si lo haces! " 

"Sí, solo ... Agarra ... La silla ... Por favor ..." 

"Está bien, cariño." 

Sarah rápidamente regresó a la habitación de la tía Mandy y agarró la silla de ruedas de Amy. Encontró a Amy apoyada con ambas manos en la pared, su trasero gigante al frente y al centro mientras luchaba por respirar. Tan pronto como escuchó la barra de freno bloquearse detrás de ella, cayó hacia atrás, enviando ligeros temblores por toda la casa.

"Ugh, gracias Sarah, lo siento ... lo siento ... te espeté ... a ti ... uf ..." 

"¡Oh, cariño, no te arrepientas! Aquí ... . Vamos a traerle más refrescos y pizza, ¿eh? " 

Amy solo asintió, era todo lo que podía hacer. 

Las dos chicas regresaron al dormitorio justo cuando la tía Mandy había terminado sus hamburguesas y papas fritas. El tío Mike se estaba limpiando la cara, los senos y parte de su panza de migas, sonriendo mientras lo hacía. 

"¿Quién es mi cerdita desordenado, eh? ¿Quién es mi cerdita desordenado?" Tío Mike arrulló juguetonamente. 

La tía Mandy se limitó a sonreír y reír suavemente. 

"Está bien, bebé. ¡Todo limpio! ¡MWAH!" Dijo el tío Mike, besando a la tía Mandy. 

"Gracias, bebé. ¿Las chicas quieren un helado?" Preguntó la tía Mandy, volviendo la cabeza hacia Amy y Sarah. 

"¡Oh, sí, por favor!" Sarah chilló.

"¿De qué tipo? Tenemos vainilla, chocolate, brownie de dulce de chocolate, chispas de chocolate con menta, café y masa para galletas". El tío Mike se lo explicó.