Amy La Peluquera

Capítulo 8

Amy fue despertada por su vientre vacío, gorgoteando y hambriento una vez más. Suspiró para sí misma y buscó a tientas en la mesita de noche su teléfono celular. Eran las 11:30 PM. Su vientre gruñó fuertemente, todo en lo que podía pensar era en comida, comida, comida. Pero estaba demasiado avergonzada para suplicar, ni tenía ganas de montar una escena con el personal. Pocos simpatizarían con una mujer casi inmóvil que exige en voz alta hamburguesas con queso, pizzas, ding-dongs y twinkies, especialmente después de un ataque cardíaco. Sin embargo, tenía la boca seca y pensó que no había forma de que pudieran culparla por querer un vaso de agua. Buscó entre las mantas, encontró el botón de llamada a la enfermera y lo presionó. 

"¿Sí? ¿Qué puedo hacer por ti, cariño?" Una voz llamó a través del intercomunicador. 

"Estoy sedienta." Amy respondió. 

"Un segundo, cariño"

Sarah entró a través de la cortina, sonriendo tan alegremente como siempre, sosteniendo un vaso de agua para Amy. 

"¡Hola, Amy! ¿Me recuerdas?" Sarah preguntó mientras le entregaba el agua. 

"Te ves familiar ..." respondió Amy. 

"Jaja, bueno, estabas bastante fuera de lugar cuando te conocí anoche. Mi nombre es Sarah, seré tu enfermera hasta las 7 de la mañana. ¿Hay algo más que pueda conseguir para ti? ¿Algo en absoluto?" 

"Otro vaso de agua sería genial". 

"¡Seguro!" 

Sarah le sirvió a Amy otro vaso de agua y la vio tragarlo, sonriendo y jugueteando nerviosamente con su placa de identificación mientras se paraba junto a la cama. 

"Ahhhh ..." Amy suspiró. 

"¿Estás segura de que no hay nada más que pueda hacer por ti, cariño?" Preguntó Sarah. 

"No, gracias"

"¿Estás segura? No tienes hambre, ¿verdad?" 

Amy sintió una oleada de adrenalina dispararse por todo su cuerpo ante el indicio de que tal vez podría comer. Su boca comenzó a hacer agua y su corazón comenzó a acelerarse. 

"¡Oh! Bueno, um ... ¿Se me permite ... tener algo de comer?" Amy preguntó tímidamente. 

Sarah sonrió y asomó la cabeza al pasillo, luego corrió la cortina que cruzaba la puerta de la habitación de Amy. Ella sonrió y se inclinó hacia Amy, dejando que sus grandes pechos descansaran contra los de Amy con sus rostros a centímetros el uno del otro. 

"Tengo que estar muy callada sobre esto, Amy ..." susurró Sarah. 

Amy asintió con la cabeza, nerviosa pero todavía muy emocionada por la perspectiva de la comida.

"Yo también soy una chica grande, Amy. Sé cuán gordofóbicos pueden ser estos médicos y enfermeras. Y cuando vi lo que te han estado alimentando, bueno ... ¡Me rompió el corazón! Ya es bastante malo estar acostada aquí, siendo tratado tan mal, pero para hacerlo todo con el estómago vacío?!?! ¡Debes estar hambrienta! " 

"¡Ohhh Sarah! ¡Gracias! ¡Tengo tanta hambre! Cualquier cosa que puedas conseguirme, por favor, me la llevo ..." 

"¿Qué hay de McDonald's?" 

"¡¿Oh?! Um, bueno, claro ..." 

"¡Está bien! No podré escabullirme hasta dentro de una hora más o menos, ¡pero intentaré ser rápida! ¿De acuerdo, cariño?" 

"¡Muchas gracias, Sarah! Ni siquiera sé qué decir ..." 

"Solo concéntrate en mejorar, cariño. ¿De acuerdo? ¡Mwah!"