Lion ✸ ˖ Heehoon

Ꮺ Secretaria

Por los pasillos de la no tan gran empresa de diseño de JB's Desing Corp, un etéreo castaño de facciones suaves y sonrisa encantadora se encaminaba hasta su oficina para comenzar su horario laboral al igual que todos los demás en la empresa, saludando cortés a cada una de las personas que pasaba por el mismo lugar.

— Buenos días, señorita Wang. —saludó educado el hombre, al momento de pasarle por un lado a una castaña que trabajaba como secretaria.

—B-Buenos días, director. —respondió nerviosa la fémina, quien se sonrojo por completo debido a la sonrisa que el contrario le dirigió.

A unos cuantos metros de distancia un azabache que caminaba a pasos tranquilos, enarcó de forma pronunciada una de sus pobladas cejas al ver como la chica hacia un mal intento de pasar desapercibida mientras mantenía su cabeza gacha y se iba a paso rápido. 

Sin embargo, la mujer fue detenida por Sunghoon a mitad del pasillo

—Oh Dios, !Señorita Wang! —fingió asombro— ¿Por qué usa tanto rubor? Cualquiera diría que le gusta el director Lee.

—Es que...

—Si yo tuviera a alguien como el señor Lee, me sentiría muy celoso de que le ande mirando tanto.

En ese momento, el rosto de la fémina se volvió aun más rojo mientras balbuceaba cosas para nada inentendibles, las cuales finalmente la hicieron huir muy lejos del chico de intimidantes ojos color marrón

Rodó los ojos con fastidios cuando la chica ya estaba lejos.

Todos se derretían ante el fabuloso y encantador director Lee.

Él también, pero ese no era el punto.

Luego de unos cuantos pasos más, el dichoso director se desvió de su camino, ingresando a una sala de conferencias de la empresa.

Sunghoon, asegurándose de que no hubiese nadie que significara un peligro, se adentró poco después al mismo lugar.

—Joven Park, no debería decirles esas cosas a nuestros empleados —fueron las primeras palabras de Heeseung, quien miraba su teléfono como si fuera la más entretenido del mundo en cuanto el pelinegro entró.

—Lo lamento señor Lee no volverá a pasar —respondió Sunghoon en el mismo tono formal.

—¿Te arrepientes? —pregunto el mayor mientras guardaba el aparato en el bolsillo de su saco.

—En lo más mínimo señor.

Heeseung se rió de inmediato ante la respuesta del mas bajo.

Y Sunghoon sonrió ligeramente al escuchar tan dulce risa.

—Ven acá — le pidió el mayor mientras abría su brazos y envolvía al azabache entre ellos —A veces colmas mi paciencia ¿Sabes?

—Yo también te quiero mucho —respondió el menor, quien escondía su rostro en la curvatura del cuello del castaño, ignorando las palabras de su novio. 

Se mantuvieron abrazados por unos segundos más hasta que Sunghoon decidió cortar la cercanía y arreglar su traje

—Señor Lee, tiene una reunión en unos minutos.

—A veces detesto tu dualidad —afirmo el mayor a la vez que dejaba un beso en la mejilla del azabache —Nos vemos más tarde.

—Hasta más tarde. —se despidió Sunghoon con la mano y una sonrisa, en simultaneo el castaño se disponía a irse.

—Por favor no seas tan ácido con los demás.

—No prometo nada.

—Ese es mi chico —afirmo Heeseung sacándole una ligera risa al pelinegro mientras se iba.

Park espero un rato antes de salir de la sala de conferencias, cambiando su concepto suave y dulce por la seriedad necesaria para laborar.

Nadie debía ni podía saber que Park Sunghoon, señor indirectas ácidas, era una pequeña bolita de masa cuando estaba con su novio.