Capítulo 3

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Jimin miraba atentamente cada movimiento de su querido novio, el cual estaba jugando un partido de fútbol por lo cuál él no era el único que lo estaba mirando.

Estaba bien, a Jimin no le importaba realmente, pero lo que sí le importaba y lo molestaba de sobremanera era escuchar los estúpidos comentarios de las estúpidas personas que pensaban que SU novio estaba libre y soltero.

¿Es que no lo saben? Es decir, ya toda la universidad sabía que Jungkook tenía pareja y ese era Park Jimin, el chico de contabilidad que estaba cursando su cuarto año.

—¿Creen que acepte?

Jimin frunció el ceño ante la chillona voz de la chica a su lado, pero decidió ignorarla como ellas lo ignoraban a él.

—¡Claro que sí! Eres hermosa Hyu, él claramente te dirá que sí.

Jimin arrugó la nariz ante el comentario.

Claro, a Jungkook sí le gusta las personas tiernas, él mismo se lo dijo hace un tiempo, pero él lo había dicho por el lindo pálido que andaba por todos los pasillos siempre con un adorable puchero que él se moría por besar, pero eso nadie lo sabe.

—Entonces lo haré, luego del juego lo invitaré a salir.

—¡Esa es mi amiga! —las tres chicas comenzaron a reír y Jimin rodó los ojos—. Tienes que ir a los vestidores, recuerda, nosotras ya arreglamos todo, ustedes estarán solos.

En serio, ¿esas chicas no sabían que Jungkook estaba con él? Supongo que habría que demostrárselo.

Así que el partido continuó con un Jimin totalmente perdido en su gran plan, por lo cual el partido terminó, él rápidamente se puso de pie y corrió hacia los vestidores, justo unos instantes después de que todos los jugadores se fueran.

Cuando llegó a su destino sólo pudo ver a Jungkook, tal y como ellas habían dicho.

Se acercó sigilosamente hacia él y cuando el menor se sacó su camiseta de equipo, fue que Jimin lo tomó del hombro y lo volteó.

Jungkook al verlo le sonrió.

—Hola Jiminie, ¿qué te pareció el partido? Te dediqué mis dos goles, ¿lo sabes, verdad?

Jimin sonrió encantado y enredó sus brazos en el cuello del pelinegro.

—Lo sé —susurró—, y quiero darte tu premio por ganar.

Y tras esas palabras, el mayor unió sus labios con los del menor, comenzando un dulce beso que pronto Jimin lo cambió a su gusto, moviendo sus labios con más pasión y colocando su lengua en la cavidad bucal de Jungkook.

Jimin sabía que Jungkook tenía ese gusto de hacerlo en en lugares públicos y expuestos, donde cualquiera podía verlos, no era la primera vez que sucedía ni tampoco sería la última, Jimin estaba seguro de eso.

La chica aún no llegaba y aunque eso decepcionó un poco a Jimin, ya no le importaba, ahora ya no, no cuando tenía a Jungkook besándolo de esa manera.

Así que dio un no tan pequeño salto y enredó sus piernas en las caderas de su novio, quien lo tomó por los muslos y giró sobre sus pies para apoyar al mayor contra los casilleros.

Jimin gimió con gusto y sin dar muchas vueltas llevó sus manos hacia el cordón que ataba los shorts de su pareja y desató el nudo.

Jungkook no se opuso, al contrario, llevó sus manos hacia el pantalón del rubio y los bajó junto a su bóxer.

Jimin ahora estaba tan agradecido con esas chicas por dejarles el vestidor totalmente libre para ellos.

Él apretó los hombros de Jungkook al sentirlo rozando su sensible entrada.

Estaba listo, no necesitaba de preparación, Jimin estaba seguro de eso, estaba tan desesperado, además, ellos lo habían hecho hace apenas unas horas atrás, se sentía lo suficientemente dilatado.

—Hazlo, Jungkook sólo me-¡oh!

Bien, eso no lo esperaba, al parecer Jungkook lo deseaba tanto como él lo hacía.

Las estocadas comenzaron lentas pero precisas, Jimin se sentía en el mismo cielo, bueno, él siempre se sentía así cuando Jungkook estaba dentro suyo.

Para cuando Jungkook comenzó a moverse más rápido y Jimin se sentía en el mismísimo paraíso, fue cuando ella apareció.

Los miró y Jimin quiso reír por su expresión, pero le fue imposible ya que el placer le ganaba por mucho a las ganas de reírse.

Jimin la miró fijamente, por suerte ella estaba justo delante de él y Jungkook no podía verla ya que le estaba dando la espalda.

Hyu, como Jimin recuerda que se llamaba, no dejaba de mirarlos, tenía la vista fija en Jimin, el cual le sonrió con superioridad mientras enterraba sus uñas en la espalda del menor mientras movía sus labios para pronunciar un inaudible "mío".

Y cuando Jungkook soltó un gemido ronco fue cuando ella, toda roja, reaccionó y salió corriendo de ahí.

Está bien, ella se lo buscó.

Mío ↷ kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora